Los papás de Edinson
Bastos Bastos, de 17 años, y Nelson, de 19, tuvieron que viajar ayer desde
Rubio (Venezuela) para enterrar a sus dos hijos, luego de que murieran ahogados
en el distrito de riego, en el corregimiento Buena Esperanza de Cúcuta.
Desde hace tres meses, los
hermanos Bastos llegaron a vivir a la casa de una pariente en Guaramito,
huyendo de la crisis que atraviesa el país vecino.
Los jóvenes se dedicaron a
transportar y vender gasolina de contrabando.
Aunque la zona de trabajo
era Guaramito, la última semana habían tomado la ruta de Buena Esperanza,
debido a algunos inconvenientes por el lugar donde comúnmente trabajaban.
El viernes, mientras los
hermanos se movilizaban en sus motos por la vereda La Susanita, a uno de ellos
se le cayeron algunas pimpinas vacías al canal por donde corre el distrito de
riego, por lo que su intuición fue lanzarse al agua para sacarlas.
Sin embargo, su poca
habilidad para nadar causó que en cuestión de segundos la presión del agua lo
ahogara.
Su hermano, al notar que
su ser querido se estaba ahogando, no dudó en lanzarse al agua para tratar de
salvarlo; sin embargo, su intento fue en vano y también murió ahogado.
Los contrabandistas que
pasan constantemente por el sector se percataron de que las motos de los
hermanos estuvieron parqueadas durante todo el día a un costado de la
carretera, por lo que iniciaron su búsqueda en el distrito de riego.
En la mañana de ayer, los
cadáveres fueron encontrados, separados por un kilómetro de distancia, y con
heridas en la cara producidas por algunos animales que hacen presencia en la
zona.
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