Las sospechas que generó
un grupo de dos suboficiales y tres patrulleros de la Policía que trabajaban en
el aeropuerto internacional Camilo Daza de Cúcuta, por su presunta complicidad
para permitir el paso desapercibido de mercancías ilegales por la terminal
aérea, desencadenó que las mismas autoridades le siguieran el rastro durante al
menos un año.
La rigurosa investigación
fue liderada por la Fiscalía Séptima Especializada de la seccional de Norte de
Santander en articulación con el Grupo Anticorrupción de la Dirección de
Investigación Criminal e Interpol (Dijín), que dio como resultado la captura de
los cinco uniformados, entre estos, una mujer.
Los detenidos fueron
identificados como la subintendente
Gloria Jaimes Amaya, el intendente Álvaro Pérez Ortiz y los patrulleros Dani
Jair Monsalve Hernández, Danilo José Pacheco Estrada y José David Jaimes
Estévez.
Los policías fueron
detenidos por los delitos de concierto para delinquir y cohecho.
Estos uniformados harían
parte de una banda dedicada al envío de mercancía de contrabando. Los detenidos
recibirían dinero para evitar los estrictos controles aeroportuarios que
mitigan este accionar delictivo.
Según se conoció, la
Fiscalía y la Policía adelantan una segunda fase de esta operación que
involucraría al menos a treinta uniformados más.
Las autoridades hacen un
seguimiento minucioso a los comportamientos de los miembros de la fuerza
pública que están inmersos en actos de corrupción que atentan contra la
integridad de las instituciones del Estado.
Uno de los elementos
probatorios que presentarían las autoridades en las audiencias de legalización
de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento contra los cinco
uniformados detenidos son algunos documentos que evidenciarían estos hechos
ilegales.
En noviembre de 2015, la
Dijín y la Fiscalía capturaron a 31 personas, entre esas a 16 policías,
señalados de pertenecer a una red de contrabando de gasolina, ganado y otros
productos.
En ese momento se conoció
que los uniformados recibían entre $5 y $10 millones en una sola noche por
dejar pasar caravanas de vehículos repletos de todo tipo de mercancía de
contrabando.
Las capturas se produjeron
en Cúcuta, Ocaña, Ábrego y Bucaramanga, en cumplimiento a órdenes judiciales
expedidas por un juzgado de Cúcuta.
Entre los policías
detenidos estaban el comandante de la subestación de Policía del corregimiento
de Aguaclara (Cúcuta), el subcomandante del corregimiento de Astilleros (Zulia)
y varios de sus subordinados, entre los que se repartían el botín del
fructífero negocio.
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