jueves, 15 de septiembre de 2016

Aumenta número de venezolanos indocumentados buscando empleo en Boyacá

Cientos de extranjeros han aumentado su llegada a Boyacá, ofreciendo su mano de obra para no pasar hambre. Quienes corren con suerte alcanzan a ser empleados en casas de familia, en establecimientos comerciales para atención al público, otros en la vigilancia y algunos en hoteles.

Los que no cuentan con la misma oportunidad, que es en la mayoría de los casos, no ven una salida distinta a la de la prostitución para las mujeres, y los hombres, se emplean como obreros en la construcción.


Víctor Hugo Carrillo, coordinador de Migración en Boyacá, indicó en Caracol Radio que “la crisis socio política del vecino país, ha incrementado el flujo de ciudadanos extranjeros ingresando a nuestro territorio, ejerciendo actividades que generan beneficio económico sin estar autorizados para ello. Ellos argumentan que vienen a esta zona de Colombia por el hambre que tienen en su país, ya que no les alcanza el dinero para su sustento”.

El panorama en esta región muestra un aumento en el número de venezolanos ilegales. En los últimos 15 días se han tenido que deportar al menos 60 personas a ese país.

“Hemos tenido que deportar y expulsar ciudadanos que se encuentran de manera irregular en el país: alrededor de 60 deportados y alrededor de 35 expulsados. Las edades de estos ciudadanos oscilan entre los 18 y 35 años”, señaló Carrillo.

De acuerdo con Migración Colombia, varias de estas personas son “ciudadanos que han regresado o llegan a Colombia porque tienen algún arraigo familiar con algún colombiano. Es decir, son esposos o esposas, o hijos de colombianos”.

En estos casos, “se considera como una ventaja, porque a muchos se les tramita la visa para que tengan una mejor estadía en Colombia”.

La autoridad migratoria “revisa los documentos, y la reglamentación requerida por la legislación colombiana para extranjeros. Al percatarse de que el ciudadano no cumple, efectivamente se inicia un proceso administrativo sancionatorio, tanto para el extranjero como para el empleador colombiano”, mencionó Carrillo.

Si se advierte a ciudadanos venezolanos, o de cualquier nacionalidad trabajando de manera ilegal, “se inicia entonces un auto de apertura, con unos cargos determinados según el caso, y se revisa la situación en particular, porque todas absolutamente todas, son distintas. Las partes tienen todas las garantías de ley para defenderse, pero en dado caso de no demostrar la legalidad requerida, los empleadores que contratan mano de obra ilegal, tendrán que asumir multas que van desde un Salario Mínimo Mensual Legal Vigente, hasta 15 SMMLV”, explicó el coordinador de Migración Colombia en el departamento.

Los operativos se acompañan entre la Policía Nacional Colombiana y Migración Colombia.

“Estas dos entidades se encargan de adelantar los procesos legales de deportación o expulsión según el caso, y aseguran que trabajan protegiendo los derechos humanos de estos ciudadanos, llevándolos hasta su lugar de origen, con todas las garantías”, indicó el comandante del departamento de policía de Boyacá, coronel Juan Darío Rodriguez.

Agregó que en efecto, “la policía nacional tiene conocimiento de que está aumentando el número de venezolanos en esta región del país, que llegan en búsqueda de empleos, pero sin los documentos necesarios. Sabemos que ingresan no sólo por las fronteras establecidas, sino por pasos ilegales entre los países vecinos. Ellos viven en la clandestinidad”.

Testimonios de trabajadores venezolanos explican que llegan de ilegales a Boyacá, “en búsqueda de mejores oportunidades, y para poder dar comida a nuestras esposas, a nuestros hijos. Venimos a pasar también necesidades, pero por lo menos podemos ver acá una situación distinta, porque Colombia por lo menos tiene una situación económica más estable. Es un gesto humano que les pedimos a muchos, no es fácil llegar de esta manera a un país que no conoces, sólo esperamos hermandad”.

Estos ciudadanos llegan por tierra a Boyacá con muchas dificultades. Cruzan las fronteras de Arauca y Norte de Santander, y desde allí, pasan largas horas en buses de servicio intermunicipal, hasta llegar a esta tierra que para muchos, es la ideal para vivir sin hambre.

Sin embargo, los dueños de los negocios o empleadores en esta zona, sienten desconfianza cuando un venezolano busca empleo en la región.

“La verdad, prefiero dar empleo a una persona que de acá, Colombiana y de Boyacá que lo necesite. Me dan mucha desconfianza a veces estos ciudadanos, debido a que también es un riesgo emplearlos de manera ilegal”, dijo una empleadora en Tunja.

De acuerdo al barrido realizado en el comercio de la ciudad, esa misma percepción es la que tienen la mayoría de empleadores en la región.
Por esto, sus oportunidades se reducen, y terminan empleándose como mano de obra no calificada o en trabajos como el de la prostitución, igualmente, ilegales.


Las autoridades advierten que incrementan las labores de control y vigilancia para evitar que ciudadanos extranjeros ejerzan actividades que generen beneficios económicos sin estar autorizados para ello.

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