Como ha sido la constante
desde el pasado martes, decenas de
colombianos siguen sacando por las trochas del río Táchira sus enseres de hogar, mientras que otros han optado por tratar de
salvar parte de la estructura de sus
casas, antes que las máquinas de los organismos del Estado venezolano comiencen a demoler todo en la extensa zona de La Invasión, de San Antonio del
Táchira.
Por las trochas del río
Táchira, que conducen hacia el corregimiento de La Parada (Colombia), se siguen
observando filas de gente con todo tipo
de enseres cargados a la espalda. Con
precaución, atraviesan el cauce del
río y del lado colombiano, la Policía
Nacional les ayuda a pasar, para luego seguir
hacia los refugios que ha
habilitado el Gobierno neogranadino para recibir a sus connacionales.
El cuadro es dramático,
pues se puede apreciar a madres con lágrimas en los ojos, abrazando y despidiendo a hijos que quedan del lado
colombiano, mientras ellas retornan
hacia La Invasión a cargar con otros enseres o esperar
a ver qué sucede con su rancho o vivienda, que según lo anunciado por
las autoridades serán demolidos.
Dentro de La Invasión también se
observa gente que por voluntad
propia ha comenzado a desmontar
la estructura de viviendas de bloques,
para salvar y cargar con materiales
como vigas, hierro,
puertas y ventanas metálicas,
láminas de techo, seguramente con el propósito de pasarlos hacia territorio colombiano y construir allá su
nuevo hogar.
La zona de La
Invasión, que está dividida en los
sectores Ezequiel Zamora, Mi Pequeña Barinas y Che Guevara, se
aprecia un poca más
tranquila, sin tanta presencia militar, puesto que ya los efectivos de la Fanb y cuerpos de seguridad avanzaron en
la revisión de las viviendas y
ranchos. Según recientes reportes
entregados por las autoridades militares,
en esa área fueron revisadas más
de 2.500
viviendas. A través de la
OLP se había practicado la captura de 21 individuos,
13 de ellos presuntos
paramilitares.
La cifra de colombianos
deportados superó los mil, aunque
durante los últimos días
muchos extranjeros indocumentados que se encontraban en la zona han decidido abandonar voluntariamente el territorio venezolano,
bien sea a través del corredor
humanitario que se mantiene por
el puente internacional Simón Bolívar
o cruzando por las trochas del río
Táchira. Sobre la salida de esas personas, al parecer no hay un
registro.
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