Liliana Katerine Fuentes
Díaz, capturada el 26 de junio de 2014 en una redada policial contra el Clan
Úsuga, aceptó cargos y fue condenada a 5 años y 3 meses de prisión.
La mujer hace parte del
grupo de 28 capturados, entre los que se encontraba un menor de edad y uno de
los cabecillas de dicha organización delincuencial, quien desde prisión
ordenaba extorsiones, asesinatos y movimientos de droga y armas.
Fuentes Díaz aceptó los
cargos de concierto para delinquir agravado (con fines de homicidio y porte
ilegal de armas), y uso de menores de
edad para la comisión de delitos, a cambio de una reducción del 50 por ciento
de la pena.
Para entonces, el coronel
Gonzalo Carrero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, señaló que
las capturas fueron el resultado de una investigación, iniciada por un
inusitado incremento de extorsiones y homicidios en el área metropolitana.
El rastreo
La investigación inició
con la interceptación de varias líneas telefónicas, entre ellas, la del
cabecilla preso, así como declaraciones bajo reserva de identidad.
“En las llamadas se podía
escuchar cómo este preso (alias ‘Daniel’) le ordenaba a estos criminales a
quiénes debían asesinar o extorsionar. Además, cómo debía ser el movimiento de
la droga y las armas y hasta el cobro de vacunas a los contrabandistas”, señaló
un investigador judicial.
Una vez tuvieron
identificados a cada uno de los presuntos criminales, iniciaron su ubicación y fueron
hasta cada uno de los sectores donde residían y hacían reuniones, descubriendo
que Cerro de la Cruz, parte alta de Sevilla, era el centro de operaciones.
“En este sitio era donde
se reunían y coordinaban cada una de las acciones. Sabemos que allí escondían
las armas y, además, llevaban a los integrantes de bandas delincuenciales para
obligarlos a trabajar con ellos”, explicó el investigador.
Pero lo que más impresionó
y preocupó a las autoridades es que esta presunta organización criminal
utilizaba a menores de edad para que les avisaran cuando la Policía llegaba a
ese lugar o para vender alucinógenos.
“Los crímenes se dieron
por la confrontación de ellos contra Los Rastrojos, por ajustes de cuentas
entre la misma organización o porque la gente no les quería pagar extorsiones”,
indicó la fuente judicial.
Preacuerdo
Fuentes Díaz fue
presentada ante el Juzgado Noveno Penal Municipal Ambulante que legalizó su
captura y le impuso medida de aseguramiento en prisión, sin que se allanara a
los cargos.
Sin embargo, el pasado 17
de febrero la mujer cambió su decisión y se acogió a sentencia anticipada, tras
firmar un preacuerdo con la Fiscalía, el cual, fue aprobado ayer por un juzgado
especializado de Cúcuta que la condenó sin beneficios de casa por cárcel o
suspensión condicional de la ejecución de la pena.
“La acusada fue capturada
después de una ardua investigación (…) al inferirse que junto a sus compañeros
de empresa criminal ejecutaban
diferentes delitos como lo demuestran los elementos de prueba, y los cuales
admitió al aceptar su responsabilidad, tal como consta en el preacuerdo”,
señaló el juzgado en su decisión.
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