El mejor Barcelona de la
temporada hincó el diente al Atlético (3-1), con quien no pudo la temporada
pasada en seis partidos. Lo hizo conducido por un sensacional Messi, enchufado,
eléctrico, con chispa. El argentino, que fabricó dos goles y marcó otro, estuvo
bien secundado por Luis Suárez, que ganó la partida ampliamente a sus compatriotas
Godín y Giménez, y por Neymar. Esta vez, a Simeone no le salió el experimento.
Optó por Gámez como lateral izquierdo y por ese lado se le escapó el partido al
Atlético, superado por un rival muy intenso.
El Barça, este Barça de
los tres tenores, hizo casi más ocasiones en media hora al Atlético que en los
seis duelos de la pasada temporada. Aprovechó la presencia en la izquierda de
Gámez, lateral derecho, para abrir un agujero por ahí. Desde esa banda, Messi
hizo un traje al Atlético y el argentino encontró colaboración pronto de Luis
Suárez. Sufrió mucho Gámez, desbordado por la 'Pulga' constantemente, y tras él
lo pasó mal el resto de la defensa del Atlético, inesperadamente vulnerable.
El partido se jugó en el
escenario previsto, con el Barcelona dominando y el Atlético esperando atrás.
Pero lo hizo muy atrás y no con tanta fiabilidad como acostumbra. Sorprendió la
facilidad con la que el Barcelona realizó ocasiones. No porque no tenga
jugadores con capacidad para hacerlas, sino porque el Atlético rara vez concede
tanto. Ese fue el mérito del equipo de Luis Enrique, desarmar a un equipo que
apenas suele dejar grietas. Messi hizo un nudo a Gámez por primera vez a los 10
minutos, pero su disparo con la derecha se marchó fuera. Estaba con las luces encendidas
el genio argentino, que dos minutos después fabricó el 1-0. Arrancó desde la
derecha y se apoyó en Alves. Dentro del área, tiró un autopase sutil sobre
Godín y centró. Lo que pasó hasta el remate a placer de Neymar fue un
despropósito: ni remató Luis Suárez ni despejó Juanfran y el balón cayó a pies
del brasileño, que no perdonó en el segundo palo.
Estaba tocado el Atlético
y volaba el Barcelona, que tuvo el segundo justo después en un disparo de Jordi
Alba, como lo tuvo Messi tras una arrancada de Neymar por la izquierda (Moyá
tapó bien el disparo del argentino con la derecha). Pero la más clara fue del
brasileño, después de un jugadón de Luis Suárez, que dejó por el camino a
Giménez y puso un caramelo a Neymar. El cabezazo, casi a placer, se marchó
fuera. Creaba mucho el Barcelona, pero no lograba poner más tierra de por
medio. Hasta que volvió a aparecer Messi. La 'Pulga', que se ayudó con la mano
en el inicio de la jugada, arrancó de nuevo desde la derecha, dejando a Gámez
en el camino. Condujo, atrajo y dividió a la defensa para filtrar el pase a
Luis Suárez, que no perdonó frente a Moyá. Era un gran Barça y un Atlético
desdibujado.
De Marca para Sucesos

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