El gol de los 'blues' llegó en la prórroga
por intermedio del serbio Branislav Ivanovic.
"Blues"
y "reds" ofrecieron un partido vibrante, en el que primó la rivalidad
sobre la escasa importancia que los dos grandes puedan dar a una competición
menor. Eso, y la situación de ambos. Para el Chelsea, sacudido desde el sábado
por la inesperada eliminación de la Copa frente al Bradford (2-4), la 'Capital
One' era su última posibilidad de acudir a Wembley esta temporada.
Por eso, pese a que esta semana tiene una cita crucial en la Premier frente al City, Mourinho no se guardó nada. Devolvió la titularidad a Terry, Ivanovic, Matic y Diego Costa, quien una vez más estuvo en todas las peleas, con pisotón al turco Emre Can incluido.
Al Liverpool, la visita a Stamford Bridge le ofrecía una gran oportunidad para resarcirse, tras cruzar el ecuador de la temporada por debajo de sus expectativas. En una primera parte plena de ritmo, el Chelsea tuvo el balón y el Liverpool las ocasiones. Mourinho reclamó airadamente un penalti del eslovaco Martin Skrtel sobre Diego Costa (m.23), pero si ambos llegaron al descanso sin goles fue gracias a Thibaut Courtois, imponente frente a dos grandes disparos del exsevillista Alberto Moreno y del brasileño Philippe Coutinho.
Tras el intermedio, sin embargo, cada vez se fueron espaciando más los contragolpes del Liverpool, Courtois fue casi un espectador y, al contrario, creció la figura de su suplente en la selección belga, Simon Mignolet. Volcado sobre el campo rival, el Chelsea fue acumulando ocasiones y, a la hora de juego, Mignolet rechazó con los pies un disparo de Diego Costa.
Cinco minutos después, el portero belga se adelantó al hispano brasileño para robarle el balón con la bota cuando el exatlético se encaminaba a la meta. Sin mucha más presencia en el área de Courtois, pese a la entrada en el campo de Mario Balotelli en el minuto 70, el Liverpool al menos resguardó su portería hasta alcanzar la prórroga. Un esfuerzo que quedó sin premio en el tiempo añadido, cuando Ivanovic remató de cabeza una falta sacada por el brasileño William, que había propiciado una pérdida de balón de Balotelli en su campo.
Por eso, pese a que esta semana tiene una cita crucial en la Premier frente al City, Mourinho no se guardó nada. Devolvió la titularidad a Terry, Ivanovic, Matic y Diego Costa, quien una vez más estuvo en todas las peleas, con pisotón al turco Emre Can incluido.
Al Liverpool, la visita a Stamford Bridge le ofrecía una gran oportunidad para resarcirse, tras cruzar el ecuador de la temporada por debajo de sus expectativas. En una primera parte plena de ritmo, el Chelsea tuvo el balón y el Liverpool las ocasiones. Mourinho reclamó airadamente un penalti del eslovaco Martin Skrtel sobre Diego Costa (m.23), pero si ambos llegaron al descanso sin goles fue gracias a Thibaut Courtois, imponente frente a dos grandes disparos del exsevillista Alberto Moreno y del brasileño Philippe Coutinho.
Tras el intermedio, sin embargo, cada vez se fueron espaciando más los contragolpes del Liverpool, Courtois fue casi un espectador y, al contrario, creció la figura de su suplente en la selección belga, Simon Mignolet. Volcado sobre el campo rival, el Chelsea fue acumulando ocasiones y, a la hora de juego, Mignolet rechazó con los pies un disparo de Diego Costa.
Cinco minutos después, el portero belga se adelantó al hispano brasileño para robarle el balón con la bota cuando el exatlético se encaminaba a la meta. Sin mucha más presencia en el área de Courtois, pese a la entrada en el campo de Mario Balotelli en el minuto 70, el Liverpool al menos resguardó su portería hasta alcanzar la prórroga. Un esfuerzo que quedó sin premio en el tiempo añadido, cuando Ivanovic remató de cabeza una falta sacada por el brasileño William, que había propiciado una pérdida de balón de Balotelli en su campo.
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