Mario Antonio Prada, de 43
años, salió ayer de su casa, en Puerto Santander, a trabajar como ayudante de
canoa en una embarcación que todos los días viaja entre Colombia y Venezuela
trayendo gasolina.
Con lo que no contaba este
hombre, padre de tres hijos, era que la muerte lo iba a sorprender de una
manera que ninguno de los que se acercó hasta la orilla del río El Zulia a
reconocer su cadáver habría imaginado.
“Él venía acostado en la
parte de adelante de la canoa. Venían de regreso de Venezuela. Al parecer, el
que venía conduciendo la canoa no vio un tronco que había en el río y se
estrelló contra él. Una estaca de la canoa, que se destruyó en su parte
delantera, mató a Mario de forma inmediata”, contó uno de los testigos que ayer
hizo presencia en el puerto donde el cadáver de la víctima esperó por largo
tiempo a ser levantado.
Los hechos se presentaron
a las 4 de la mañana en un sector de la frontera conocido como Santa Rosa,
ubicado del lado venezolano.
En este punto, la
creciente del río aumenta por la unión de El Zulia y el Boca de Grita.
De La Opinión para Sucesos
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