Una pesadilla. Eso fue lo
que vivió el pasado jueves Jesús Guillermo Ortega Parada, un pamplonés de 42
años que tiene un pequeño negocio en el barrio Prados del Norte de Cúcuta.
Ese día, hacia las 2:50 de
la tarde, salió de su casa, ubicada en este barrio de la ciudad, con rumbo
hacia la sede de la Fundación de la Mujer que queda en Guaimaral.
“Estaba viendo un partido
de fútbol y recordé que debía ir a pagar la cuota del crédito que tengo con esa
fundación. Salí de mi casa y caminé hacia la avenida Los Libertadores para
tomar una buseta. Cuando llegué a Unicentro no supe qué pasó, pero hasta ahí
recuerdo”, contó ayer a este medio Jesús, aún afectado por lo que pasaría con
su vida en las 48 horas siguientes.
Desde las 3 de la tarde
del jueves y hasta las 2 de la tarde del sábado, cuando apareció botado a la
orilla de la carretera, en el sector conocido como Picapiedra, en la vía
Pamplona - Bucaramanga, Jesús Guillermo no recuerda qué pasó.
“Desperté en el Hospital
de Pamplona, adonde llegué luego de que una persona, a la que le debo la vida,
me vio botado en la carretera. Esa persona llamó a la Policía y estos a su vez
pidieron una ambulancia en la que me trasladaron hasta el hospital”, dijo.
En este centro médico el
dictamen de los galenos fue contundente: Jesús había sido atacado con
escopolamina.
“No sé quién me dio
escopolamina en las dos cuadras que separan a mi casa de la avenida Los
Libertadores. No recuerdo nada. Solo sé que me robaron un millón de pesos y que
me hirieron en el cuello y el rostro”, finalizó diciendo.
De La Opinión para Sucesos
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