La joven de 24 años,
Lisbeth Aristigueta años se había tomado unos tragos junto a su esposo mientras
hacía el plato navideño, al terminar las hallacas, las puso a hervir y ambos se
quedaron dormidos.
El agua que habían
colocado en la olla se seco y comenzó a salir humo producto de las hallacas
quemadas, que llenó toda la vivienda.
William Aristigueta, padre
de la víctima, contó que cuando llegó a la casa, el 23 de diciembre, se percató
de la capa de humo apagó la hornilla y llamó a Lizbeth, al ver que no
contestaba, se dirigió a la habitación. La muchacha agonizaba. Fue llevada
rápidamente al hospital donde falleció.
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