Asombrados, así lucían
ayer los familiares, amigos y curiosos que se acercaron a ver el cuerpo de
Henry Sánchez Blanco al fondo de un puente y semisumergido en una cañada.
Ninguno de ellos se
explicaba cómo había podido morir de una manera tan fulminante si ‘venía
manejando normal y no dio señales de que algo malo estuviera pasando’.
Uno de los más
sorprendidos con la muerte de Henry fue su ayudante en el bus con el que a
diario viajaban entre Cúcuta y La Gabarra (Tibú).
“Cuando pasamos por el
puente nos varamos. Entonces yo me bajé y me metí debajo a ver qué era lo que
había pasado. De un momento a otro uno de los pasajeros gritó ‘miren, allá
abajo hay un señor muerto en el río’ y cuando me asomé era Henry”, contó el
hombre, quien agregó que no se dio cuenta en qué momento cayó su amigo.
Una de las hipótesis sobre
lo que pudo haber ocurrido es que Henry, al bajarse del bus, resbaló por los
zapatos que llevaba puestos (crocs) y cayó al fondo de la cañada impactando su
cabeza contra una de las piedras que había allí.
“Habíamos salido de la
terminal de Cúcuta a las 6:00 de la mañana e íbamos para La Gabarra”,
puntualizó el ayudante de Henry, quien se lamentaba una y otra vez de lo
sucedido.
El cuerpo de la víctima
permaneció en el Caño León, de la vereda El Empalme (Tibú), por más de 8 horas,
porque ninguna autoridad se hacía responsable de su levantamiento.
De La Opinión para Sucesos
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