Eslabones recopilados por policías para el esclarecimiento de una cadena de homicidios registrados en Ocaña, durante los últimos meses, permitieron establecer que se trataba de un mismo asesino y, además, a determinar que las víctimas mortales fueron personas inocentes. “Nada tenían que ver con delincuencia o retaliaciones entre miembros de bandas criminales”, sostuvieron allegados a la minuciosa investigación.
El principal sospechoso de al menos tres homicidios, entre los que se cuentan los de dos mujeres y un hombre, fue identificado por las autoridades judiciales como Anderson Jair Quintero Quintana, de 22 años. Cayó ayer en la mañana en una casa del barrio Colinas de La Esperanza, en Ocaña. Al cierre de esta edición, era presentado en audiencia pública ante un juez penal con funciones de control de garantías.
El comandante (e) de la Policía en Norte de Santander, coronel Fabio Cristancho, aseguró que las pesquisas revelan que es el jefe de sicarios de una alianza criminal entre los Rastrojos y un reducto de la guerrilla del Epl, liderado por Víctor Ramón Navarro Serrano, alias Megateo.
“Los Rastrojos se han convertido en una especie de brazo armado que custodia los cargamentos de coca e insumos para el procesamientos de narcóticos de alias Megateo”, precisó el oficial.
La mencionada banda criminal, además, se encargaría de hacer los ajustes de cuentas ordenados por Megateo.
A Quintero Quintana, ‘el Abuelo’, se le habría comisionado para asesinar a algunas personas. Cuando iba a cumplir su misión terminó matando a personas equivocadas: a la joven Laura Melisa Peñaranda Correa, de 22 años, cuando celebraba uno de los triunfos de la selección Colombia en el pasado mundial de Brasil; a Raquel María Pacheco Navarro, de 66 años, quien intentó salvar a su hijo de que lo balearan; y a otro joven a quien habrían confundido con un expendedor de sustancias sicoactivas.
Tomado de La Opinión
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