La única versión que tiene
Francy Callejas es que su compañero Carlos Alberto Moncada Alonso se prestó
para pasar a una señora con sus maletas por el río Táchira, y la corriente se
lo llevó.
Según contó, ambos
residían con su hija en el barrio Mi Pequeña Barinas, ubicado sobre la línea
divisoria entre Colombia y Venezuela, y de donde en agosto fueron expulsados
cientos de colombianos.
Por el sector se
encuentran varias trochas de continuo tránsito de personas y mercancías de contrabando, aunque
en la actualidad están militarizadas por la Guardia Nacional del vecino país.
“El lunes yo pasé por el
río con la niña y él me acompañó, porque me iba a quedar por cuestiones de
trabajo en Villa del Rosario. Ese día el río era un charquito, estaba sin
corriente. Fue por estos últimos días que llovió muchísimo….”, señaló Francy.
Carlos Alberto, de 45
años, natural de Armenia, trabajaba en construcción y estuvo como damnificado
en los albergues que dispuso el gobierno colombiano para los afectados; él era
uno de los fundadores de Mi Pequeña
Barinas.
“Según dicen, a las 8:00
de la noche la señora le pidió el favor de ayudarla a pasar y él le colaboró
con las maletas. No sabemos si fue que se resbaló, pues el río estaba muy
crecido y se expandió muchísimo”, señaló la mujer.
Carlos Alberto fue hallado
a unos tres kilómetros del punto desde donde habría intentado pasar el río,
justo detrás de la cancha sintética ubicada en el sector del Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat).
El cadáver presentaba
múltiples moretones y magulladuras en el cuerpo; la corriente solo alcanzó a
dejarle la pantaloneta a medio poner.
El hallazgo
Al día siguiente, dijo
Francy, extrañó que Carlos Alberto no hubiese llamado a su hija, entonces le
pidió a un sobrino que fuera a mirar a la casa, pero no lo encontró. Luego,
iniciaron una exhaustiva búsqueda por el río hasta hallarlo y dar aviso a las
autoridades.
Inicialmente, unidades del
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc)
llegaron al lugar, pero determinaron que por la ubicación del GPS, el cadáver
estaba en territorio colombiano. Por lo cual, fue necesario que una comisión
del CTI de la Fiscalía se apersonara del levantamiento.
“No entiendo qué iba a
hacer Carlos Alberto a esa hora en la trocha. Muchas veces le dije que en la
noche no pasara porque era muy peligroso, pero él era muy colaborador y en el
barrio lo querían mucho”, recordó Francy.
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