Junto al cadáver baleado de
Alexander Antonio Martínez Celis, de 33 años, apareció una nota intimidante que
dice mucho y nada a la vez: “esto le pasa a los sapos. Estamos haciendo
limpieza en San Faustino. Vamos por Shirli”, relató ayer una de las personas
que presenció el levantamiento del cuerpo en una trocha que conduce al sector
Arrayanes, cerca del casco urbano de San Faustino.
El mensaje dice mucho porque anuncia el homicidio de otra persona y no se sabe si finalmente augure un sinnúmero de asesinatos más, en una zona cercana a Venezuela y donde se ha denunciado en reiteradas ocasiones la presencia de miembros de bandas criminales.
Es nada lo que revela la escueta misiva porque no aclara si Shirli es el nombre de una mujer o el apodo de un hombre ni a qué se refiere cuando sentencia la muerte de “sapos”. Los parientes de Martínez Celis, por ejemplo, aseguran que la víctima no vivía en Cúcuta.
“Desde hace tres años no lo veíamos. Sabemos que estuvo en Valencia y otras ciudades venezolanas. Siempre manteníamos comunicación vía telefónica, pero jamás venía. No entendemos por qué lo tratan de sapo y mucho menos por qué lo asesinaron. Como no vivía en Cúcuta, no conocemos sobre amenazas en su contra. Solo decía que tenía problemas”, dijeron sus allegados mientras reclamaban el cuerpo para darle cristiana sepultura.
Martínez Celis llegó a la ciudad el sábado en la noche y se hospedó en la casa de algunos familiares. El domingo salió a tomarse unas cervezas, en el barrio San Gerardo, con un pariente. A las 4 de la tarde le perdieron el rastro.
“Entré al baño y cuando salí ya no estaba. Pregunté por él y me dijeron que se había ido a pie. Ni me dijo que se iba. Ese domingo en la noche no llegó. Al siguiente día, (el lunes) a las 2:30 de la tarde, nos enteramos que lo asesinaron. Transportadores que recorren la vía San Faustino-Cúcuta nos dijeron que encontraron un cadáver. Nos acercamos y nos enteramos que era él (Martínez Celis)”, relató uno de sus parientes.
El occiso, quien nació en Cúcuta, fue encontrado con al menos seis impactos de bala. Quienes frecuentaron el lugar consideraron que el hombre no fue asesinado en el sitio donde apareció tendido. Esto, en razón a que se halló poca sangre.
Por ahora se desconoce las identidades de los agresores y cuántos participaron en el hecho de sangre. Tampoco hay claridad si la víctima fue llevada hasta el lugar en un carro o una moto. Se sospecha, por la nota encontrada en el sitio, que en el crimen están vinculados miembros de una banda criminal.
El mensaje dice mucho porque anuncia el homicidio de otra persona y no se sabe si finalmente augure un sinnúmero de asesinatos más, en una zona cercana a Venezuela y donde se ha denunciado en reiteradas ocasiones la presencia de miembros de bandas criminales.
Es nada lo que revela la escueta misiva porque no aclara si Shirli es el nombre de una mujer o el apodo de un hombre ni a qué se refiere cuando sentencia la muerte de “sapos”. Los parientes de Martínez Celis, por ejemplo, aseguran que la víctima no vivía en Cúcuta.
“Desde hace tres años no lo veíamos. Sabemos que estuvo en Valencia y otras ciudades venezolanas. Siempre manteníamos comunicación vía telefónica, pero jamás venía. No entendemos por qué lo tratan de sapo y mucho menos por qué lo asesinaron. Como no vivía en Cúcuta, no conocemos sobre amenazas en su contra. Solo decía que tenía problemas”, dijeron sus allegados mientras reclamaban el cuerpo para darle cristiana sepultura.
Martínez Celis llegó a la ciudad el sábado en la noche y se hospedó en la casa de algunos familiares. El domingo salió a tomarse unas cervezas, en el barrio San Gerardo, con un pariente. A las 4 de la tarde le perdieron el rastro.
“Entré al baño y cuando salí ya no estaba. Pregunté por él y me dijeron que se había ido a pie. Ni me dijo que se iba. Ese domingo en la noche no llegó. Al siguiente día, (el lunes) a las 2:30 de la tarde, nos enteramos que lo asesinaron. Transportadores que recorren la vía San Faustino-Cúcuta nos dijeron que encontraron un cadáver. Nos acercamos y nos enteramos que era él (Martínez Celis)”, relató uno de sus parientes.
El occiso, quien nació en Cúcuta, fue encontrado con al menos seis impactos de bala. Quienes frecuentaron el lugar consideraron que el hombre no fue asesinado en el sitio donde apareció tendido. Esto, en razón a que se halló poca sangre.
Por ahora se desconoce las identidades de los agresores y cuántos participaron en el hecho de sangre. Tampoco hay claridad si la víctima fue llevada hasta el lugar en un carro o una moto. Se sospecha, por la nota encontrada en el sitio, que en el crimen están vinculados miembros de una banda criminal.
De la Opinión para Sucesos
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