Llevaba
al menos 10 minutos sentado en la esquina de la avenida 25 con calle 30 del
barrio Belén. Gerson Emilio Rincón Ballesteros, de 19 años, estaba con algunos
de sus parientes, a dos cuadras de su casa. Al sitio llegó, sorpresivamente, un
desconocido y le disparó sin mediar una sola palabra. Ni las autoridades ni los
allegados al occiso no se aventuraron a plantear las posibles razones que
desencadenaron el homicidio.
El caso se registró a plena luz del día. Rincón Ballesteros salió el domingo a las 3:30 de la tarde de la vivienda agobiado por una resaca. La noche anterior estuvo bebiendo y el malestar general era casi insoportable, relataron sus seres queridos. Todo el día permaneció encerrado y, prácticamente, abandonó su casa para encontrarse con la muerte.
“Estaba sentado solo, pero cerca de varios parientes. De repente se escuchó un disparo. Quienes estaban cerca a poco metros salieron a correr. Ellos no se dieron cuenta de quién disparó”, relataron vecinos, pidiendo mantener sus nombres bajo reserva.
Los declarantes enfatizaron en que únicamente oyeron un disparo. Sin embargo, las autoridades judiciales encontraron varias vainillas en el sitio, con lo que confirmaron que en el ataque fue empleada una pistola.
“El cuerpo presentaba cuatro impactos de bala: uno en la cabeza, dos en el brazo derecho y uno en la espalda”, precisó el capitán Edwin Fernando Rojas Aponte, subcomandante del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta.
Testigos aseguraron que no vieron alguna motocicleta recorrer la zona y que posiblemente el pistolero huyó a pie hacia un barrio cercano. Esta versión concuerda incluso con la recopilada por investigadores de la Policía pasados unos minutos del homicidio.
Rincón Ballesteros alcanzó a ser trasladado, en un taxi, a un centro asistencial del barrio Loma de Bolívar. Médicos finalmente reportaron su muerte.
El capitán Rojas Aponte aseguró que en este momento no se tienen mayores datos de los motivos que suscitaron el asesinato.
“El joven no tenía antecedentes judiciales. Tampoco se tiene conocimiento de que tuviera algún problema. Debemos esperar a que avancen las pesquisas para determinar qué hay detrás de esta muerte”, explicó el oficial.
Parientes descartaron que tuviera amenazas en su contra o que manifestara que alguien le quería hacer daño.
“En el taxi, cuando iba herido, tampoco mencionó algún problema. Se dedicaba a trabajar y no tenía hijos. Lavaba motocicletas en un negocio del barrio”, afirmó su mamá.
Las autoridades recopilaron información que revela que la persona que disparó era joven. No se descarta que fuera menor de edad. Al parecer, vestía camisa negra y bluyín.
El caso se registró a plena luz del día. Rincón Ballesteros salió el domingo a las 3:30 de la tarde de la vivienda agobiado por una resaca. La noche anterior estuvo bebiendo y el malestar general era casi insoportable, relataron sus seres queridos. Todo el día permaneció encerrado y, prácticamente, abandonó su casa para encontrarse con la muerte.
“Estaba sentado solo, pero cerca de varios parientes. De repente se escuchó un disparo. Quienes estaban cerca a poco metros salieron a correr. Ellos no se dieron cuenta de quién disparó”, relataron vecinos, pidiendo mantener sus nombres bajo reserva.
Los declarantes enfatizaron en que únicamente oyeron un disparo. Sin embargo, las autoridades judiciales encontraron varias vainillas en el sitio, con lo que confirmaron que en el ataque fue empleada una pistola.
“El cuerpo presentaba cuatro impactos de bala: uno en la cabeza, dos en el brazo derecho y uno en la espalda”, precisó el capitán Edwin Fernando Rojas Aponte, subcomandante del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta.
Testigos aseguraron que no vieron alguna motocicleta recorrer la zona y que posiblemente el pistolero huyó a pie hacia un barrio cercano. Esta versión concuerda incluso con la recopilada por investigadores de la Policía pasados unos minutos del homicidio.
Rincón Ballesteros alcanzó a ser trasladado, en un taxi, a un centro asistencial del barrio Loma de Bolívar. Médicos finalmente reportaron su muerte.
El capitán Rojas Aponte aseguró que en este momento no se tienen mayores datos de los motivos que suscitaron el asesinato.
“El joven no tenía antecedentes judiciales. Tampoco se tiene conocimiento de que tuviera algún problema. Debemos esperar a que avancen las pesquisas para determinar qué hay detrás de esta muerte”, explicó el oficial.
Parientes descartaron que tuviera amenazas en su contra o que manifestara que alguien le quería hacer daño.
“En el taxi, cuando iba herido, tampoco mencionó algún problema. Se dedicaba a trabajar y no tenía hijos. Lavaba motocicletas en un negocio del barrio”, afirmó su mamá.
Las autoridades recopilaron información que revela que la persona que disparó era joven. No se descarta que fuera menor de edad. Al parecer, vestía camisa negra y bluyín.
PRENSA MECUC
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