La caída progresiva de las
operaciones de importación y exportación
entre Colombia y Venezuela ha
impactado de manera negativa a las empresas que laboran como
agentes aduaneros en el eje fronterizo
San Antonio-Ureña, algunas de las
cuales han desaparecido, otras
han migrado hacia otras regiones y un reducido grupo se mantiene operando pero con muy poco
personal.
Las agencias de aduana,
junto con las almacenadoras y transportistas de carga, funcionan como auxiliares de la
administración aduanera para desarrollar las actividades relacionadas con la
importación y exportación de mercancías.
El expresidente de Fedecámaras Táchira, José Rozo, dijo que para el año 2007, en el
eje fronterizo San Antonio-Ureña
había cerca de cien microempresas
que se desempeñaban como agentes
de aduana y un número
similar de transportes de cargas,
pero a raíz del impasse entre los
expresidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Álvaro
Uribe, de Colombia, en el 2008,
cuando rompieron las relaciones
diplomáticas y comerciales entre ambos
países, el intercambio binacional comenzó a decaer y ese efecto perjudicó a los
auxiliares de la administración aduanera.
Estimó que, de ese
centenar de agencias de aduana en la frontera,
hoy escasamente se quedan laborando unas 20, las más antiguas, y con muy poco personal. Algo
similar ha ocurrido
con las empresas de transporte de carga,
ya que al no haber mercancía para transportar,
los transportes han venido desapareciendo. Para
el 2007, entre 500 y 600 vehículos
de carga cruzaban diariamente la frontera por San Antonio o Ureña
con mercancías de importación o
exportación , y hoy escasamente pasan
entre 20 y 30 camiones con carga
del comercio binacional.
Por su parte, César Manuel Castillo, quien desde hace veinte años se desempeña como agente aduanero en la frontera tachirense,
explicó que los auxiliares de la
administración aduanera representan una parte
importante del aparato económico
de los municipios Bolívar y Ureña, pero
lamentablemente su actividad ha caído de
manera significativa por varias
razones, entre ellas, la disminución de las exportaciones e importaciones venezolanas,
el traslado de las agencias de aduana hacia otros puertos
de Venezuela y ahora también se
están viendo impactadas por la creación de la Corporación Venezolana de
Comercio Exterior, empresa del Estado que ahora se encarga de
efectuar las actividades relacionadas con la importación de productos que
tenían empresas estatales y que igualmente está prestando el servicio
a importadores que anteriormente ocupaban
agentes aduaneros privados, a quienes han captado con ofrecimientos de todo tipo.
Refirió que en materia de exportaciones, en los primeros años de la década de los
90, por esta frontera se exportaban
frutas como parchita, limón, durazno,
naranja, entre otros rubros y
mercancías, pero actualmente es
muy poco lo que se exporta. Las
importaciones también han disminuido,
reduciendo con ello las fuentes de empleo para los agentes de aduana, almacenadoras y transportistas de
carga.
Algunos agentes aduaneros
de la frontera tachirense se han ido a
operar a Puerto Cabello y La Guaira,
buscando mejores oportunidades,
pero allí la situación laboral está difícil. Castillo refirió que en San Antonio y Ureña, las pocas agencias aduanales que
quedan laboran con 2 o 3 empleados, cuando antes ocupaban hasta 10 o 15 personas.
Consideró que esto
afectará incluso la matrícula del
instituto universitario de la frontera,
que gradúa técnicos superior en Comercio
Exterior. Incluso se corre el riesgo de que cierre esa carrera, porque los profesionales que egresan en esa
área ya no encuentran trabajo.
De La Nación para Sucesos
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