La compra de droga por
agentes encubiertos, los testimonios de vecinos y de un consumidor, sumado a
los reconocimientos fotográficos, fueron prueba suficiente para que ocho
integrantes de una misma familia aceptaran los cargos y se acogieran a
sentencia anticipada.
Se trata de los cucuteños
Fredy Omar Díaz Bautista, ‘El Gato’, de 45 años; Jorge Robert Díaz Bautista, de
47; Jorge Alberth Díaz Angarita, de 27; Oscar Orlando Díaz Bautista, de 46;
Tibisay Carolina Reyes Álvarez, de 33; Ingrid Jhoanna Zambrano Mendoza, de 35;
Gladys Teresa Bautista Rodríguez, de 65, y Eder Wilmer Díaz Bautista, de 35,
detenidos el 22 de septiembre de 2014 tras un allanamiento ordenado por la
Fiscalía en la manzana Z2, lote 6, del barrio Torcoroma II.
Para entonces, la Policía
informó que la familia, integrada por la abuela, cuatro hijos, dos nueras y un
nieto, comercializaban base de coca y clorhidrato de cocaína por medio de
ventas fijas en su casa y entrega a domicilio, con la gravedad de que ‘El Gato’
utilizaba a sus hijas menores de edad para la distribución.
La Policía encontró dentro
del inmueble 6 bolsas pequeñas con marihuana, otra con base de coca y cinco
celulares.
Todos ellos fueron
presentados ante el Juzgado Primero Penal Municipal Ambulante que legalizó sus
capturas y los envió a prisión. La Fiscalía les imputó el delito de concierto
para delinquir agravado (con fines de narcotráfico) y destinación ilícita de
muebles o inmuebles. A ‘El Gato’ le adicionó uso de menores de edad en la
comisión de delitos.
Pruebas
Otra de las pruebas con
que contaba la Fiscalía era el
testimonio de una de las hijas menores de ‘El Gato’, quien manifestó que
su padre, tíos y demás familiares detenidos siempre vendieron estupefacientes y
que no volvió al colegio porque su papá la ponía a vender droga, como perico y
bazuco, en bicicleta, a pie o en moto.
El ente investigador
también contaba con el testimonio de una excompañera de Jorge Roberth quien
aseguró que convivieron durante dos años y tuvieron un hijo. Durante este
tiempo la puso a vender droga en la casa; sin embargo, por el maltrato que
recibía, decidió separase.
“Su hijo le contaba que
cuando iba a la casa de su padre en Torcoroma todos vendían droga, incluyéndolo
a él”, declaró la mujer.
Estos testimonios se
sumaron al del consumidor de droga, quien manifestó conocer a los hermanos Díaz
Bautista desde hace más de 20 años en el barrio Guaimaral, donde también
vendían drogas.
“Cuando se trastearon a
Torcoroma continuaron con el negocio ilícito. Los hijos y las esposas hacían el expendio a domicilio utilizando
motos. Además surtían las ‘ollas’ de Erika, Eduardo y la de Las Pájaras, todas
en el barrio San Luis”, señaló el testigo a la Fiscalía.
Preacuerdo
Por estas pruebas en su
contra, la familia detenida decidió llegar un preacuerdo con la Fiscalía, que
consistió en aceptar su responsabilidad a cambio de una rebaja del 50 por
ciento en la pena.
Dicho preacuerdo fue
aprobado por un juzgado especializado de Cúcuta que los condenó a cinco años de
prisión, a excepción de ‘El Gato’, quien fue sentenciado a pasar 10 años en la
cárcel.
Ninguno recibió beneficios
de casa por cárcel o suspensión condicional de la ejecución de la pena.
“Las autoridades
desmantelaron la empresa criminal y a los aquí acusados se les comprobaron sus
actuaciones ilegales. No se tiene noticia de que para el momento de los hechos
sufrieran de trastorno sicológico que les impidiera comprender la ilicitud de
sus actos”, señaló el Juzgado en su decisión.
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