La zozobra, la tensión y
las miradas cargadas de temor, son fáciles de percibir al ingresar a Sardinata
(Norte de Santander), donde el lunes fueron asesinadas tres personas, entre
estas, dos mujeres.
Los hechos que ocurrieron
en el sector La Virgen, a la entrada del municipio, y en la vía al
corregimiento Las Mercedes, y en los que murieron Blanca Nidia Rodríguez Pérez,
de 31 años; Yolimar Villamizar Rolón, de 23 y Alejandro Albarracín Leal, de 44,
perturbaron la tranquilidad de los habitantes de esta zona de la región.
Una particularidad deja
entrever una posible relación entre los tres asesinatos, ocurridos en los
lugares de trabajo de las víctimas: la presencia de tropas del Ejército
Nacional.
Según se conoció, la
mototaxista Rodríguez Pérez prestaba sus servicios a los militares
constantemente.
A la 1:00 de la madrugada
del lunes, la mujer recibió una llamada de una persona que se identificó como
miembro del Ejército, y quien le pidió que le hiciera una carrera; Blanca salió
de su casa con la intención de cumplir su pedido, haciendo caso omiso a la
súplica de su mamá para que no fuera.
Rodríguez fue encontrada
muerta sobre las 6:20 de la mañana, con varias heridas en el pecho.
Más tarde, ese mismo lunes
y con 20 minutos de diferencia, un hombre y una mujer fueron asesinados en las
casetas donde todos los días vendían gaseosa y cerveza, entre otros productos.
Alejandro Albarracín fue
asesinado de varios disparos cuando estaba sentado en una silla, a pocos metros
de la estatua de la virgen ubicada a la entrada de Sardinata.
Un pariente del
comerciante dijo que lo único que sabía sobre la muerte de su ser querido es
que lo “señalaban de ser presunto supervisor del Ejército”.
Minutos más tarde, a Yolimar
Villamizar la visitó la muerte frente a la caseta donde trabajaba.
“Yo vi pasar una gandola y
luego oí los disparos; un rato después nos enteramos de que habían matado a la
pariente”, dijo un familiar de la mujer.
Entre los habitantes de
Sardinata, la hipótesis de que los homicidios obedecen a la cercana relación de
las víctimas con los militares, también se deduce por la aparición, hace quince días, de varios grafitis en algunas
paredes del pueblo, firmados por el Ejército Popular de Liberación (Epl), en
los que se anuncia la muerte a los colaboradores del Ejército, los ladrones y
los drogadictos.
El comandante de la
Trigésima Brigada del Ejército, coronel Wilson Camargo Tamayo, aseguró que ya
se adelantan las investigaciones para esclarecer estos hechos y corroborar o
desmentir los rumores que rodean estas tres muertes.
“Estamos cruzando
información de inteligencia con la intención de verificar bien lo sucedido”,
dijo, sin ahondar en más detalles.
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