viernes, 12 de febrero de 2016

En Ureña lo asesinaron para robarle un reloj frente a la fábrica donde trabajaba

De al menos tres balazos fue asesinado el empleado de una fábrica de pantalones jeans, cuando  un número no precisado de criminales desconocidos lo interceptaron junto a un grupo de compañeros a la salida del trabajo, para presuntamente robarlos, en Ureña.

Lo identificaron como Jean Etiene Raynau Cruz, de 37 años de edad, de descendencia francesa,  padre de tres hijos, quien tenía su domicilio en la calle 1 del sector El  Cují, Ureña, y laboraba en Industrias Joke, en la avenida Intercomunal, frente a la ferretería El Progreso.

El hecho tuvo lugar aproximadamente a las 6:30 de la tarde, cuando los empleados ya habían cumplido su jornada laboral  y se dirigían a sus respectivas viviendas.

Sin embargo, las circunstancias en las cuales fue asesinado Jean Etiene son un tanto confusas hasta ahora, toda vez que pese a que sus compañeros de trabajo se encontraban con él al momento de ser sorprendidos por los criminales, estos aseguran haber  emprendido veloz carrera y buscado refugio en una fábrica cercana apenas escucharon las detonaciones, por lo que se ignora cuántos eran, en qué vehículo se movilizaban y si la víctima se resistió al robo  y por ello le dispararon.

También dijeron los otros trabajadores que, ya seguros en las instalaciones vecinas, se contaron  y se dieron cuenta de que faltaba Raynau Cruz, por lo que al salir a la calle para saber qué había sido de él, lo hallaron sin vida frente a la fábrica de pantalones.

Allí llegaron efectivos del Cuerpo de Bomberos de Ureña, que lo trasladaron de emergencia hacia un Centro de Diagnóstico Integral, donde falleció, pues además de dos tiros en un brazo, le apreciaron un balazo cerca del área de la nuca, con orificio de salida por la parte  delantera del cuello.

En la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, a donde fue llevado el cadáver  por una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Cicpc, ayer se encontraba su esposa, visiblemente afectada.

Dijo que él no tenía enemigos, ni deudas, que no se metía en problemas de ninguna naturaleza, y presume que el móvil fue el robo de su reloj, del cual fue despojado y está valorado en al menos 200 mil bolívares.

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