lunes, 15 de febrero de 2016

En el barrio San Miguel de cinco balazos fue asesinado un zapatero

El zapatero Yimmy Gabriel Sánchez Daza había salido a tomar con dos amigos, pero de un momento a otro regresó a su casa preocupado.

El hombre no pasó de la sala. Dio varias vueltas en círculo y se tocaba insistentemente la cabeza. Luego, optó por salir nuevamente y en menos de 10 minutos sonaron 15 balazos, cumpliéndose así una vieja amenaza.

Eran las 9:30 de la noche del sábado cuando se  rompió la tranquilidad y el silencio que a esa hora rondaba la calle 7b con avenida 18 del barrio San Miguel.

Testigos le dijeron a la Policía que Sánchez Daza no alcanzó a caminar más de una cuadra desde su casa cuando dos supuestos menores de edad, quienes fueron reconocidos por algunos vecinos, se le acercaron y le reclamaron algo antes de empezar a disparar.

El zapatero, que trabajaba por contratos desde su casa, no tuvo tiempo de reaccionar, mucho menos cuando cada supuesto adolescente, empuñando un arma, disparó al tiempo y con sevicia.

Los tiros, la mayoría certeros, los recibió desde la cabeza hasta las piernas, cayendo agonizante sobre el pavimento, mientras los asesinos se daban a la fuga a pie.  

Una hermana de Yimmy dijo que escuchó cada uno de los estruendos y en escasos minutos la fatal noticia tocó la puerta de su casa.

Al llegar hasta donde él estaba, dijo que Yimmy trató de decirle algo, pero una bocanada de sangre lo ahogó y solo hubo tiempo para subirlo a un taxi y llevarlo a la Unidad Básica de la Loma de Bolívar.

Sin embargo, la víctima solo sobrevivió hasta 1:00 de la madrugada de ayer, cuando murió por las graves heridas que le afectaron órganos vitales.

Investigación

Fueron cinco vainillas y dos ojivas las que expertos en criminalística del CTI de la Fiscalía recolectaron en el sitio del ataque, lo que supone que los asesinos utilizaron una pistola, pero también un revólver, puesto que esta última arma guarda en el tambor los cartuchos utilizados y no quedan esparcidos como en el caso de la pistola.

Aunque los familiares de Yimmy, natural de Cúcuta, aseguran no saber de amenazas en su contra, las autoridades judiciales conocieron que en dos ocasiones intentaron atentar contra el zapatero, pero por ahora no saben de dónde provenían las intimidaciones y por qué causa.


El cadáver de Yimmy, quien dejó dos hijos, fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal y ayer en la tarde fue entregado a sus parientes para darle sepultura.

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