El inicio de año en Cúcuta
trajo consigo dos homicidios que marcaron con sangre la madrugada del 1 de
enero.
Un día antes, el 31 de
diciembre, otro homicidio, esta vez en Villa del Rosario, había cerrado los
crímenes en el área metropolitana durante el 2015.
Barrio El Páramo, 1 de
enero, 4:40 de la mañana
Cuando aún no amanecía, y
la rumba en la ciudad continuaba para muchos, la muerte hizo su aparición en el
barrio El Páramo y se llevó consigo a Aimer Betancourt Marciales, de 30 años,
comerciante.
Un tiro en la cabeza, a
quemarropa, acabó con su vida de manera instantánea en la esquina de la calle
16 con avenida 7. Eran las 4:40 de la mañana.
Un hermano de la víctima
le dijo a La Opinión que Aimer había llegado a la ciudad el pasado 23 de
diciembre para pasar las fiestas de fin de año con la familia.
“Él estaba radicado en
Bucaramanga. Vino a estar con nosotros unos días y luego se regresaba para
allá”, sostuvo.
Sobre los hechos, el
familiar manifestó que hacia las 4:30 de la mañana, Aimer se despertó y decidió
ir a saludar a unos amigos que estaban en una tienda, distante 50 metros de su
casa.
“Se levantó del sofá donde
estaba dormido y dijo que iba a darles el feliz año a sus amigos. No habían
pasado ni 10 minutos cuando sonó el disparo. Nosotros pensamos que era pólvora
hasta que vimos a mi hermano en el suelo, muerto”, agregó.
Según testigos, el agresor
sería un menor de edad, que vestía camisa blanca y quien le habría disparado a
la víctima sin mediar palabra. “Solo porque sí, lo mató porque quiso”, dijo un
testigo.
Los amigos de Aimer
intentaron actuar contra el agresor, pero este los intimidó con el arma.
Apuntándoles, se perdió con rumbo desconocido.
Luis Armando Salas
González, un guajiro de 49 años, natural de Villanueva, fue asesinado en el
rancho donde vivía, ubicado en la invasión Villas de Montevideo, sector Lomitas
(Villa del Rosario), el 31 de diciembre hacia las 2:50 de la tarde.
Según testigos, dos
hombres que llegaron hasta la construcción en zinc y tabla donde vivía,
inmovilizaron a su hija de 14 años y lo persiguieron hasta un improvisado baño
donde le dispararon en cuatro oportunidades hasta causarle la muerte de forma
inmediata.
Algunas personas les
manifestaron a las autoridades que los dos pistoleros habían estado merodeando
por la zona desde la mañana, sin que al parecer la víctima se percatara de su
presencia.
Familiares de Luis Armando
le contaron a La Opinión que a su ser querido le habían robado una moto el 28
de agosto del año pasado, por la que tuvo que pagar 500 mil pesos de rescate.
“Luego de que se la
robaron lo llamaron a extorsionarlo y le tocó pagar ese dinero. No sabemos si
su muerte está relacionada con ese hecho o con unos problemas que había tenido
recientemente con unos vecinos de allá de la invasión”, contó uno de los
familiares de la víctima.
Esta última versión es una
de las hipótesis que manejan las autoridades. Al parecer, Luis habría tenido
problemas con unos vecinos de la invasión por la forma como se estaban
vendiendo unos lotes en esta zona de Villa del Rosario. Sin embargo, será la
investigación iniciada por este homicidio, el último del 2015 en el área
metropolitana, la que arroje la verdad sobre lo sucedido.
La primera víctima de los
sicarios en el 2016 fue identificada por las autoridades como Franklin Arley
Manzano Useche, de 23 años, obrero de
construcción.
Según el coronel William
Donato, comandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc),
Franklin se encontraba departiendo con otras personas en una casa ubicada en la
calle 5 con avenida 9 del barrio Panamericano, cuando tres sujetos, que se
movilizaban en un taxi, llegaron hasta este lugar y, sin mediar palabra,
empezaron a disparar contra todos los presentes.
La víctima recibió tres
tiros en la cara, otro en el pecho y uno más en la espalda. Junto a ella, dos
personas más resultaron heridas en la balacera; una de estas es un patrullero
de la Policía que se encontraba de permiso en Cúcuta visitando a su familia.
Los hechos, según el
coronel Donato, se registraron hacia la 1 de la mañana del primero de enero,
cuando apenas iniciaba el año.
El oficial agregó que “hay
pistas que nos permiten tener una identificación muy precisa de los
responsables de este ataque, lo que nos llevará a mostrar resultados
prontamente”.
Los familiares de la
víctima solo manifestaron que esta trabajaba como obrero de construcción junto
a su padre. Evitaron hacer más comentarios sobre lo ocurrido.
Otros
ataques
Luis Felipe Parra, un
interno de la cárcel de Cúcuta que salió el 30 de diciembre con un permiso de
72 horas, fue atacado a bala en El Contento al caer la tarde de ese día.
Versiones extraoficiales indican que la víctima recibió 8 disparos que lo
mantienen gravemente herido en un centro asistencial de la ciudad.
El 31 de diciembre, hacia
las 3 de la mañana, Belkys Marín Carreño fue atacada a bala en una trocha que
comunica a Cúcuta con el municipio venezolano de Pedro María Ureña. Según una
versión conocida por este medio sobre el ataque, la mujer estaba tomando del
lado venezolano y al cruzar a suelo colombiano, le dispararon en repetidas
ocasiones sin que hasta el momento se conozcan los motivos de la agresión ni
los responsables de la misma. Junto a su cuerpo herido quedaron 12 botellas de
cerveza y una de güisqui. Se recupera en un centro asistencial de Cúcuta.
Finalmente, el comandante
encargado de la Mecuc indicó que entre el 31 de diciembre y el 1 de enero hasta
las 6 de la mañana, se presentaron 87 riñas en Cúcuta que no dejaron heridos de
consideración. “Hubo una reducción de 70 riñas con relación al 2014”, precisó
el oficial.
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