En el despegue de los
operativos de control para frenar la contaminación de ríos y quebradas y la
captación ilegal de agua en Cúcuta y el Área Metropolitana, la policía dio el
primer gran golpe: la captura en flagrancia de cuatro hombres cuando arrojaban
10 toneladas de escombros y basura al río Táchira.
El hecho se produjo a la
altura de la trocha 'El Bicicletero', ubicada frente a la torre de energía No.
46 del sector de Boconó.
Los responsables, cuatro
hombres de 40, 53, 57 y 68 años, fueron puestos a disposición de la Fiscalía,
señalados del delito de contaminación ambiental.
Los investigadores del
Grupo de Protección Ambiental de la policía señalaron que la basura fue llevada
hasta allí a bordo de 3 volquetas y arrojada a orillas del afluente y otro
tanto en el lecho del mismo, lo cual representa un atentado contra el
medioambiente, “más en momentos en que la región padece la peor sequía de los
últimos tiempos por el fenómeno de El Niño”, dijeron.
Entre los desechos se identificaron
residuos de plástico, metales, cemento y materiales de construcción.
Vecinos del sector dijeron
que no es la primera vez que hasta allí llegan a arrojar basura y escombros.
“El río Táchira agoniza
por la alta contaminación que le producen al arrojarle basura y aguas servidas.
Por fortuna en esta oportunidad fueron capturados los responsables”, dijo
Adelaida Nieto, dirigente comunal de Boconó.
Según denuncias de
vecinos, los cuatro capturados residen en los barrios Boconó (Villa del
Rosario) y Santa Clara, Santa Teresita y San Luis (Cúcuta).
La basura alcanzó a ser
arrojada en la ronda hídrica del río, en límites con San Antonio (Venezuela) y
Villa del Rosario.
El ingeniero químico, José
David Martínez, explicó que algunos de estos desechos necesitan de largos
períodos de tiempo para su completa degradación, mientras que otros permanecen
intactos en el medioambiente, causando mucho más daño al ecosistema.
De igual forma afectan el
suelo, el agua y el aire, poniendo en riesgo el ecosistema, la salud pública y
el desarrollo natural de la avifauna en las zonas afectadas.
El ambientalista Jairo
Caicedo llamó la atención de la alcaldía por la proliferación de escombros en
todas las esquinas de los barrios.
Dijo que el 29 de diciembre
de 2003, a escasas 48 horas de que finalizara el mandato de Manuel Guillermo
Mora Jaramillo como alcalde, se firmó el contrato de concesión entre el
municipio y la Fundación Salvemos el Medio Ambiente (Funambiente), para el
manejo de los escombros que resultaran de las construcciones, demoliciones y
remodelaciones en la ciudad.
“Sin embargo, mucha gente
en la ciudad no conoce esta concesión ni mucho menos dónde queda la escombrera
municipal. Según se conoció, el sitio donde opera la escombrera es en la salida
de Cúcuta-El Zulia, metros adelante del cruce del anillo vial occidental.
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