La Fiscalía logró
demostrar en juicio que el exagente de la Policía José Omar Peña Pérez llevaba
en un carro particular una subametralladora Mini Uzi, sin permiso para porte, y
no se trató de un ‘falso positivo’ como pretendió demostrarlo la defensa del implicado.
Peña Pérez fue detenido el
20 de junio de 2012 tras ser interceptado en un puesto de control en la
autopista internacional en Villa del Rosario.
Según relató la Fiscalía,
hacia el mediodía un informante alertó a las autoridades sobre la movilización
de integrantes de bandas criminales armados en un vehículo de placa venezolana,
terminada en 5HE.
Razón por la cual, a un
mayor de la Policía le fue encomendada la misión de verificar la información y
establecer el puesto de control para ubicar el automotor descrito, de color
oscuro.
El oficial se trasladó en
una patrulla, en compañía de un subintendente, y tras verificar algunos
vehículos similares, fue finalmente ubicado el conducido por Peña Pérez, quien
estaba uniformado.
Al ser requerido para una
requisa, Peña Pérez se identificó con su cédula y un carné como miembro activo
de la Policía, en el grado de agente, asegurando que trabajaba en el
departamento y estaba visitando un amigo en Villa del Rosario.
Sin embargo, llamó la
atención de los uniformados que la placa del vehículo coincidía con la descrita
por el informante y tras realizar una inspección superficial del automotor
decidieron conducirlo hasta la bahía del CAI del Templo Histórico, el más
cercano, para una inspección
pormenorizada.
La Fiscalía describió que
los policías procedieron a buscar en la
guantera, debajo de los asientos, en los espaldares, debajo del vehículo y por
último el baúl.
“Junto a la llanta de
repuesto había una bolsa de herramientas y un maletín azul de lona, donde
hallaron la subametralladora y dos proveedores para la misma, sin munición”, señaló el ente investigador.
El juicio
Tras su captura, el
exagente fue presentado ante un juzgado de control de garantías que legalizó su
detención y le impuso medida de aseguramiento en prisión por el delito de
fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso restringido o
privativo de las Fuerzas Armadas.
Durante el juicio, se
conocieron los testimonios del mayor, quien detalló el procedimiento policial
efectuado hasta que él encontró el arma, y de otro uniformado que se encontraba
de servicio en el CAI del Templo Histórico, quien observó desde lejos la incautación.
Sin embargo, llamó la
atención lo afirmado por el subintendente (que acompañaba al mayor), al
declarar a favor del acusado intentando demostrar que en la acción intervinieron más policías y que no fue el
mayor quien halló la subametralladora; finalmente, terminó por contradecirse.
“Nótese como este
declarante (subintendente) miente en su afán de favorecer al acusado situando a
personas que no intervinieron en el registro (…) increíble esta afirmación
precisamente por ser miembros de la Institución”, señaló el juzgado
especializado que lo condenó.
Peña Pérez, de 41 años,
natural de Bochalema, fue sentenciado a 11 años de prisión sin beneficios de
casa por cárcel o suspensión condicional de la ejecución de la pena.
Volvió a sonar
Días después de su
captura, el nombre de José Omar Peña Pérez volvió sonar tras la masiva
detención de integrantes de las Autodefensas Nortesantandereanas Nueva
Generación, integrada por un reducto de Los Urabeños, en desarrollo de la
Operación Pescador.
Para entonces, el coronel
Álvaro Pico Malaver, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, lo
relacionó como integrante de esta banda delincuencial, a quien le fueron
notificados nuevos delitos en la cárcel por seguir delinquiendo y apoyando esta
organización. Este último proceso avanza de manera separada.
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