Al cumplirse 90 días del
cierre del paso fronterizo de Táchira con el departamento Norte de Santander y prácticamente el
mismo lapso de vigencia del estado de
excepción, el desabastecimiento de alimentos, el contrabando, la devaluación de
la moneda y algunos problemas de inseguridad
siguen presentes en los municipios limítrofes, donde el Gobierno
venezolano comenzó a implementar estas
medidas el pasado 19 de agosto.
El cierre del paso por los
puentes internacionales y la
declaratoria del estado de excepción
fueron medidas adoptadas por el
presidente Nicolás Maduro
como respuesta al ataque que sufrieron tres militares del Ejército y un
civil, por parte de grupos paramilitares
que manejan el negocio del contrabando,
narcotráfico, la extorsión y
otros ilícitos que afectan a la economía venezolana.
Los alcaldes de los
municipios Bolívar y Pedro María
Ureña, Simón Vargas y Alejandro García, incluso coinciden en señalar que el desabastecimiento “es peor que antes del
cierre de la frontera”. A los problemas
ante señalados, los gobernantes locales
añaden la afectación que se ha causado a la economía de la región, con cerca
del 70 por ciento del comercio y la industria paralizados, incremento del desempleo, porque las empresas ya no son capaces de
pagar la nómina y los compromisos con
los trabajadores.
“La
frontera sigue trancada para los pendejos”
El alcalde de Ureña,
Alejandro García, dice que las
medidas adoptadas por el Gobierno “no han servido absolutamente para los
propósitos que se pretendían; en la frontera,
a pesar del esfuerzo que ha hecho el alto mando militar, a cargo del
general Carlos Martínez, siguen
sucediendo hechos de contrabando con complicidad de algunos funcionarios,
no todos, por supuesto, pero la
frontera sigue trancada para los pendejos. Esa es la apreciación que yo
tengo”, afirma.
El deterioro de la
economía en el municipio Pedro María Ureña es evidente y se refleja en la
disminución en 70 por ciento en la
fabricación de diferentes rubros
que hacen parte de la economía nacional.
“El que producía 100, ahora produce
30, eso quiere decir que lo prolongado
del cierre ha afectado a tantas empresas que, inclusive, muchas ya no van a
abrir en enero, y las otras están pasando un trago grueso para poder reunir las
prestaciones sociales y los aguinaldos de sus trabajadores, y con toda
seguridad que están descapitalizadas y
no podrán abrir operaciones en enero”,
asegura.
Asimismo, -dice- lo que más me preocupa es que un país construye un
puente internacional de seis canales en
Tienditas, para cerrar la frontera. Eso es lo que llamamos el
mundo al revés. En cuanto a la
seguridad, sostiene el alcalde
García, podría decir que ha sido tal vez el único acierto que ha
tenido este cierre de fronteras, por tratarse de que han sido controlados los
grupos subversivos que operaban en la zona, pero el contrabando, aunque no en la cuantía en que se manejaba antes, sigue fluyendo
hacia Colombia por algunas rutas clandestinas y con complicidad de algunos
funcionarios que tienen a su cargo evitar que eso suceda.
En lo que respecta al
abastecimiento de alimentos, el burgomaestre
dijo que en Ureña no se consigue nada.
El miércoles había en el barrio El Cementerio unas 1500 personas
aproximadamente para comprar un kilo de
arroz cada una, es insólito lo que está
sucediendo en un país donde nos
jactábamos de decir que era de progreso y de bonanza.
“Antes del cierre y del
estado de excepción, aquí existían Fuerzas Armadas, cuerpos policiales y las cosas que sucedían era con la anuencia
de algunos de ellos; por lo tanto, no
vemos la necesidad de trancar una frontera
durante 90 días y que los
resultados sean tan pobres. Se decía que
toda la comida de Venezuela se iba por aquí,
se cerraron los puentes y entonces ahora qué excusa hay para decir que
no hay alimentos en los anaqueles del estado Táchira. Además, tenemos información que por Guarumito el paso de la gasolina es
campante, los contrabandistas tienen
patente de corso para llevar el combustible al otro lado. Como no llevan nada
en el vehículo se supone que no son contrabandistas, pero si se están
llevando la gasolina, igualmente están
contribuyendo con el desabastecimiento del Estado venezolano”.
“Las
trochas siguen operativas a pesar del despliegue militar”
El alcalde del municipio
Bolívar, Simón Vargas, expresó
que ya son 3 meses del cierre
total, pero ya teníamos más de un año
con el cierre parcial de la frontera y la medida no ha arrojado los resultados que
esperaba la comunidad. “Vemos con
preocupación que todavía no se consiguen los alimentos de manera regular, la gente sigue haciendo largas colas para
poder conseguir algo y lo que puede llevar a sus hogares es muy poco: uno o dos
paquetes de harina pan”.
Con las medidas tomadas
por el Ejecutivo Nacional se esperaba
que la gente pudiera conseguir los
alimentos sin tanto trauma, pero no es así.
Por otra parte, dice que el cierre y el estado de excepción están
afectando la actividad propia de la frontera, que es el comercio, pues según cifras de la Cámara de Comercio de
San Antonio, entre el 50 y 60 por ciento
de las empresas están a punto de cerrar porque no hay actividad. El alcalde
dijo que el comercio de San Antonio depende del intercambio con los
hermanos colombianos y de la gente del interior del país que visita a la
frontera, pero eso ya no se ve. También las empresas del sector aduanero, los
transportistas de carga, las almacenadoras están muy afectadas por el cierre de la frontera.
Refirió que igualmente las
arcas de la alcaldía de Bolívar se vieron afectadas por estas medidas, pues la meta de recaudación de 2015 se debió
cumplir en septiembre y se alcanzó en noviembre. No obstante,
señaló que la mayor afectación se verá en 2016, porque teniendo en mano los números del
Situado para el venidero ejercicio, prevén un déficit de aproximadamente 60
millones de bolívares.
En el ámbito de la
seguridad, el alcalde dice que en el
municipio Bolívar se siguen presentando problemas de inseguridad en las áreas
comercial y bancaria, donde personas han sido víctimas de atracos,
robos y eso indica que se deben revisar los planes
implementados por el Gobierno. Asimismo,
afirmó que lo más preocupante es que “hay fronteras que están operativas en este
momento. No entendemos cómo habiendo 3
mil efectivos militares desplegados en la zona, todavía existan
trochas operativas para el contrabando. Por eso hacemos el
llamado a la revisión permanente de los
planes que se han implementado, para
que los resultados sean positivos y permitan mejorar la calidad
de vida de la gente, que es lo que esperamos nosotros”.
Después de tres meses de
cierre total de la frontera y de más de un año con el cierre parcial, no se
ven los resultados y consideramos que se debe revertir esta medida y tomar
acciones que favorezcan la actividad propia de la frontera”.
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