Un típico partido de una categoría donde se
juega muy poco fútbol. El de ayer, fue un encuentro que le recordó a la escasa
afición que acudió al estadio lo aburrido y tedioso que puede llegar a ser
pasar más de una temporada en la segunda división. El Cúcuta venció a
Universitario de Popayán 2-1, pero terminó metido en su arco y pidiendo tiempo.
La intermitente lluvia que antecedió el juego en una calurosa y húmeda tarde, fue lo más interesante que se vio en el juego de ayer en Cúcuta, que de fútbol tuvo muy poco.
Ante Universitario de Popayán, el conjunto fronterizo intentó imponer su jerarquía y adueñarse del partido, pero tuvo un arranque irregular y el compromiso se tornó cortado y muy desordenado, sobretodo en la zona media del campo.
Así y todo, el equipo motilón no abandonó su arremetida y buscó hacer daño buscando a su arsenal extranjero en ataque. Se trata de los artilleros argentino Martín Morel y el chileno Héctor Mancilla, que aparecen solo por algunos momentos durante los noventa minutos de juego.
El grupo universitario, por su parte, buscó con todas sus limitaciones aguantar el empate en el General Santander, ante un Cúcuta Deportivo que con muy poco fútbol lograría sacar el partido adelante.
Universitario de Popayán es uno de los clubes nuevos de la segunda división, fundado en mayo de 2011 luego de adquirir la ficha del desaparecido Centauros de Villavicencio.
El payanés es de los clubes de la segunda división colombiana que no tienen entre sus objetivos principales el ascenso.
Habitualmente ocupan los lugares de la mitad para abajo de la tabla, y su nómina es corta y llena de jugadores juveniles, muy económica en comparación con otros de la ‘B’.
Ayer, Universitario de Popayán llegó vía terrestre a la capital nortesantandereana, únicamente con dieciséis asientos ocupados en el bus: catorce jugadores, el director técnico y su asistente.
Antes de salir al campo de juego, en el camerino visitante a la prensa la atendió el defensor Jeiner Orozco, quien no tuvo reparo en hacer las veces de ayudante de campo y entregarles la alineación de sus compañeros a los periodistas.
Así y todo, Universitario de Popayán, con más pinta de equipo de la B que de favorito al ascenso, le complicó la tarde al Cúcuta Deportivo y terminó jugando los últimos minutos del encuentro en campo de los rojinegros, controlando el balón y creando peligro.
Antes de finalizar la primera parte, una jugada aislada que logró capitalizar el chileno Héctor Mancilla con un certero cabezazo, abrió el marcador para la tranquilidad de los locales.
Para el segundo tiempo, el curso del encuentro no cambió pero a los once minutos de haberse iniciado llegó el segundo gol de los motilones por intermedio de Martín Morel.
El argentino, ante la increíble pasividad de la zaga visitante, pudo bajar un balón dentro del área, voltearse y sin impedimento alguno sacar un potente remate que fusiló al guardameta universitario.
A falta de cinco minutos para terminar el compromiso, Feiver Mercado marcó el descuento para la visita, luego de que su compañero Yeison Carabalí gambeteara a los centrales rojinegros y le sirviera el gol.
La jugada más polémica del encuentro llegó al minuto 94. Universitario cobró un tiro de esquina que terminó en una confusión dentro del área, y el balón acabó dentro de la portería del Cúcuta Deportivo.
El árbitro, ante los fuertes reclamos de ambos equipos, decidió mirar su cronómetro, señalar la mitad del campo y decretar el final del compromiso.
Con el triunfo, el Cúcuta llegó a 24 puntos y subió a la sexta posición de la tabla. El próximo lunes los motilones recibirán en su estadio al Atlético Bucaramanga, por la fecha quince del torneo.
La intermitente lluvia que antecedió el juego en una calurosa y húmeda tarde, fue lo más interesante que se vio en el juego de ayer en Cúcuta, que de fútbol tuvo muy poco.
Ante Universitario de Popayán, el conjunto fronterizo intentó imponer su jerarquía y adueñarse del partido, pero tuvo un arranque irregular y el compromiso se tornó cortado y muy desordenado, sobretodo en la zona media del campo.
Así y todo, el equipo motilón no abandonó su arremetida y buscó hacer daño buscando a su arsenal extranjero en ataque. Se trata de los artilleros argentino Martín Morel y el chileno Héctor Mancilla, que aparecen solo por algunos momentos durante los noventa minutos de juego.
El grupo universitario, por su parte, buscó con todas sus limitaciones aguantar el empate en el General Santander, ante un Cúcuta Deportivo que con muy poco fútbol lograría sacar el partido adelante.
Universitario de Popayán es uno de los clubes nuevos de la segunda división, fundado en mayo de 2011 luego de adquirir la ficha del desaparecido Centauros de Villavicencio.
El payanés es de los clubes de la segunda división colombiana que no tienen entre sus objetivos principales el ascenso.
Habitualmente ocupan los lugares de la mitad para abajo de la tabla, y su nómina es corta y llena de jugadores juveniles, muy económica en comparación con otros de la ‘B’.
Ayer, Universitario de Popayán llegó vía terrestre a la capital nortesantandereana, únicamente con dieciséis asientos ocupados en el bus: catorce jugadores, el director técnico y su asistente.
Antes de salir al campo de juego, en el camerino visitante a la prensa la atendió el defensor Jeiner Orozco, quien no tuvo reparo en hacer las veces de ayudante de campo y entregarles la alineación de sus compañeros a los periodistas.
Así y todo, Universitario de Popayán, con más pinta de equipo de la B que de favorito al ascenso, le complicó la tarde al Cúcuta Deportivo y terminó jugando los últimos minutos del encuentro en campo de los rojinegros, controlando el balón y creando peligro.
Antes de finalizar la primera parte, una jugada aislada que logró capitalizar el chileno Héctor Mancilla con un certero cabezazo, abrió el marcador para la tranquilidad de los locales.
Para el segundo tiempo, el curso del encuentro no cambió pero a los once minutos de haberse iniciado llegó el segundo gol de los motilones por intermedio de Martín Morel.
El argentino, ante la increíble pasividad de la zaga visitante, pudo bajar un balón dentro del área, voltearse y sin impedimento alguno sacar un potente remate que fusiló al guardameta universitario.
A falta de cinco minutos para terminar el compromiso, Feiver Mercado marcó el descuento para la visita, luego de que su compañero Yeison Carabalí gambeteara a los centrales rojinegros y le sirviera el gol.
La jugada más polémica del encuentro llegó al minuto 94. Universitario cobró un tiro de esquina que terminó en una confusión dentro del área, y el balón acabó dentro de la portería del Cúcuta Deportivo.
El árbitro, ante los fuertes reclamos de ambos equipos, decidió mirar su cronómetro, señalar la mitad del campo y decretar el final del compromiso.
Con el triunfo, el Cúcuta llegó a 24 puntos y subió a la sexta posición de la tabla. El próximo lunes los motilones recibirán en su estadio al Atlético Bucaramanga, por la fecha quince del torneo.
De La Opinión para
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