viernes, 31 de marzo de 2017

En Villa del Rosario envenenaron 6 mascotas en solo una semana

En las fachadas de algunas casas de Villas de Sevilla, en Villa del Rosario, cuelgan carteles de protesta por los envenenamientos de mascotas en la carrera 3B.

Los vecinos siguen en la incertidumbre de quién y por qué, desde el año pasado y en  una larga serie de atentados, está matando con veneno a los animales de la cuadra.

Los ladridos de alegría de los perros y los maullidos de los gatos que acompañaban a las familias se convirtieron en gruñidos de agonía y dolor por los estragos del veneno.

Desde hace 5 años

Aunque los envenenamientos masivos se presentaron por primera vez hace 5 años en esta zona,  en el primer trimestre de 2017 por lo menos 18  perros y gatos han caído en la trampa del veneno.

Orlando Rodríguez llevaba más de nueve años con Muñeca, una perra de raza pincher.

A pesar de las restricciones que le tenían a la mascota, un descuido fue suficiente para que la perrita escapara de la casa y consumiera el veneno.

“Los gritos de mi hija nos despertaron en la madrugada: Muñeca estaba convulsionando y no alcanzó a sobrevivir”, lamentó Rodríguez.

A 2 kilómetros de la urbanización se encuentra la veterinaria VedtPlus, donde acuden los dueños de las mascotas de la carrera 3B.

Según el veterinario Darling Emiro Ruiz, a su consultorio llegan perros y gatos intoxicados con un veneno raticida conocido como Sicario, con síntomas de diarrea, vómito y hemorragia interna.

Las mascotas de la familia de este veterinario tampoco se salvaron del Sicario.

Luna, una labradora de 13 años, sobrevivió dos veces a los efectos del veneno, pero las secuelas acabaron con su vida. Las intoxicaciones le produjeron un cáncer de páncreas.

Así como Muñeca y Luna, decenas de mascotas del  sector cayeron en la trampa del raticida.  Esta semana, seis gatos fueron las nuevas víctimas.

Eddy Toscano es testigo de los agonizantes momentos que sufren los gatos que caen frente a su casa en estado de envenenamiento.

Cada vez que encuentra un gato moribundo en la calle, los socorre y saca de su dinero para que lo atiendan en la veterinaria.

El año pasado, 30 mascotas de este sector murieron por envenenamiento, y a pesar del rechazo generalizado, no se presentaron denuncias formales ante la Justicia.

Los interesados sólo se sumaron a las voces de protesta.

El macabro hecho ocasiona temor en los vecinos pero no interponen la denuncia, porque no tienen la certeza de quién es el victimario.

Acciones de este tipo, de maltrato animal, las sanciona la ley colombiana con una pena de prisión de 12 a 36 meses  y multa de cinco 5 a 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

En caso de envenenamiento

El veterinario Ruiz recomendó tener en casa carbón activado, que ayuda a disminuir la absorción del veneno en el cuerpo, para darlo a la mascota, y llevarla de urgencia  a la veterinaria más cercana.

Si el envenenamiento ocurrió en la casa, se debe llevar muestra de la sustancia, para saber qué antídoto es adecuado para contrarrestar los efectos.


“En el afán de salvar a las mascotas les dan leche en exceso, y los animalitos llegan con broncoaspiración, algo que empeora el pronóstico” indicó Ruiz.

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