sábado, 11 de abril de 2015

El 'Partido por la paz' se saldó con triunfo para equipo de Maradona

De penalti, el argentino marcó el gol del triunfo. Exjugadores colombianos también participaron.
Todo era murmullos, era expectante, se miraban unos a otros, se preguntaban en qué momento aparecería, hasta que de uno de los camerinos se dio la presencia esperada: Diego Maradona salió a la cancha con una camiseta blanca que lo identificaba como jugador de Estrellas de la Paz, y el alboroto fue indescriptible.
Mientras sucedía eso se soltaron mil globos de color blanco al aire como un símbolo de la paz.
Ya en la cancha, con el inicio del partido (con una duración de 50 minutos, 25 por cada tiempo), no hubo reproches, todo fue aplausos; no importaba qué equipo atacara, todo era efusividad. No eran ‘bloppers’, era tiempo para hacer reír. Así fue el partido ‘Un gol por la paz’, en el que el astro argentino Diego Maradona fue el gran protagonista: cada que se aproximaba hacia las tribunas, el grito de “Oe oe oe oe, Diego, Diego” era unísono, y el argentino trataba de responder con alguna jugada de lujo.
En las tribunas alentaban a los equipos y había exclamaciones para cada uno de los jugadores; los favoritos de los aficionados fueron Faustino Asprilla y Fredy Rincón, a quienes coreaban con insistencia.
“Ya no soy el mismo de hace 20 años, pero traté de hacer lo mejor”, dijo el ‘Tino’ con su tradicional tono de voz y el humor que lo caracteriza.
En la cancha, todos buscaban a Maradona, quien con su uniforme blanco y el ‘10’ estampado en la espalda tenía un brillo único en el estadio de Techo, que le dio una fiesta a los habitantes del barrio Kennedy que colmaron las tribunas.
Hubo tiempo hasta para que Ricardo Lunari, entrenador de Millonarios y quien jugó unos minutos, recibiera consejos de los aficionados para los próximos partidos.
Los Astros de la Paz, el equipo que tenía los colores de la bandera bogotana, fue el primero en anotar, con un exfutbolista muy conocido para la afición capitalina, Fredy  León.
Y en los minutos finales, cuando había quienes se lamentaban porque perdía el equipo de Maradona, se les dio la oportunidad de gritar gol en dos ocasiones para las Estrellas por la Paz, primero con Sergio Galván Rey, para el 1-1, y después con la anotación que todos esperaban, la de Diego, quien, de penalti, se encargó de anotar el 2-1. Lo ejecutó con sutileza, a ras de piso, ajustado al palo. Ese fue el final del partido, mientras todos abrazaban al argentino.
Tras el pito final hubo algarabía, como si hubiera sido un título, y así lo vivió Maradona, quien, mientras escuchaba una de las tantas canciones dedicadas a él y se agitaban pancartas en su honor, daba la vuelta olímpica recibiendo miles de ovaciones.
Juan Pablo Ángel, un exRiver, hizo parte del equipo del confeso hincha de Boca Juniors, y juntos intentaron una que otra jugada para la diversión del público.
“Esto debe ser el fútbol, una fiesta en la que todos estemos incluidos”, dijo el exfutbolista antioqueño, quien agradeció la masiva presencia.

Cada uno de los jugadores que tomó parte del compromiso firmó tres balones, que serán el símbolo de este encuentro por la paz. Uno de ellos llegará a La Habana, ciudad en la que Piedad Córdoba, una de las gestoras de la actividad, tiene pensado desarrollar otro partido.

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