Una situación “crítica en
materia de alimentación enfrenta el municipio Bolívar”, denunció el alcalde de
eta jurisdicción, Simón Vargas, quien afirmó que “el desabastecimiento está en
su más alto nivel y ha desencadenado grandes dificultades en la familia
fronteriza, a la hora de buscar los productos y rubros de primera necesidad”.
Sostuvo el burgomaestre
que “si hay una zona del país que tiene graves dificultades es la frontera. La
inflación galopante, no se consiguen los productos y los que se encuentran son
excesivamente costosos. Lamentablemente, por lo poco que llega, el habitante de
la frontera tiene que hacer una cola de hasta tres y cuatro horas para poder
conseguir una bolsa de jabón, un pote de leche, o uno o dos paquetes de harina,
porque hasta la venta está controlada”.
Por ello, el alcalde
exigió al Gobierno nacional y regional “tomar acciones inmediatas para que se
pueda reactivar la frontera, reimpulso del aparato productivo, pues las medidas
que el Ejecutivo ha tomado para evitar el contrabando no han sido efectivas y
los productos se siguen consiguiendo a
tres minutos de San Antonio del Táchira, en lo que se conoce como la gran
parada”.
A su juicio, “el poder
central está aplicando una política errada cuando persigue a los supermercados
y abastos, para acabar con las colas y lograr abastecimiento, por cuanto ésta
no sería la razón de lo que vive el país, aparte de que no está creando
confianza en los industriales y empresarios, para que vuelvan a invertir en el
país”.
Lamentó que “aún no hayan
sido invitados para la creación de la Zona Económica Especial (ZEE), a pesar de que las autoridades
municipales quieren reunirse con los empresarios, industriales y la comunidad
en general, para que la iniciativa se desarrolle con éxito, se active la
economía y haya mayores posibilidades de empleo”.
—La gente no quiere
trabajar producto de la diferencia cambiaria y de esa extracción de alimentos
que le resulta más oneroso. Por eso apostamos y queremos participar
directamente de esta ZEE para que esas medidas y los resultados sean siempre en
beneficio de los habitantes de la frontera. Abogamos para que las medidas de
represión se dirijan más bien a que el consumo interno pueda ser abastecido con
la propia producción nacional—, enfatizó Vargas.
Se preguntó el
burgomaestre: “¿Qué hace un ciudadano de frontera con un sueldo mínimo para
hacer mercado, para comprar útiles escolares y lo que su familia necesita? Si
no se toman medidas que permitan solucionar el tema de la disparidad cambiaria,
el pobre seguirá siendo más pobre”.
De La Nación para Sucesos
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