Lisandro Pérez Sepúlveda
fue condenado a 54 meses de prisión por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de
Cúcuta por el delito de porte ilegal de armas.
Pérez, de 23 años, fue
detenido en noviembre de 2014 con un revólver calibre 38 intimidando a una
familia.
Para entonces, la Policía
Metropolitana informó, en un comunicado de prensa, que recibieron a la línea
123 información que alertaba de la presencia de un hombre, que armado, estaba
amenazando a varios integrantes de una familia en una vivienda de la avenida 11
con calle 6 del barrio Loma de Bolívar.
Personal de la estación de
Policía Belén respondió al llamado ciudadano llegando al inmueble descrito por
la comunidad donde encontró en flagrancia a Lisandro Pérez Sepúlveda, de 22
años, cuando con el arma de fuego amenazaba a un hombre y a una mujer.
El sospechoso al verse
descubierto -agrega- se despojó del arma de fuego y salió corriendo del
inmueble, por lo cual, se desencadenó la persecución policial que culminó en la
avenida 9 con Canal Bogotá del barrio El Contento, donde fue capturado.
Simultáneamente, en las
afueras de la vivienda, fue detenido otro hombre, de 31 años, quien esperaba al
primer sospechoso en una moto Suzuki
Best-125, roja, placa PXI-90B.
El arma incautada
corresponde a un revólver marca Llama,
con seis cartuchos, sin permiso para porte o tenencia, reportado como
robado.
“Las investigaciones sobre
el caso permitieron conocer que minutos antes a la captura, el conductor de la
motocicleta, por móviles sin establecer, habría llegado hasta el lugar donde
sostuvo una riña con su novia residente en la casa. El hecho desencadenó la
intervención de los familiares, en medio del cual el motorizado los habría
amenazado de muerte. Luego, el agresor salió del lugar y retornó acompañado de
Pérez Sepúlveda, quien utilizando el arma de fuego intimidaría a algunos de los
integrantes de la familia” indicaba la información oficial.
El juicio
Al día siguiente, Pérez
Sepúlveda fue presentado ante un juez de control de garantías, sin que se
allanara a los cargos y recibió medida de aseguramiento en prisión mientras
avanzaba el juicio en su contra.
Desde entonces, su abogado
intentó demostrar que su defendido actuó como cómplice y no como autor del
delito imputado por la Fiscalía, en aras de disminuir la pena y a la vez
solicitar la prisión domiciliaria.
Ello, lo sustentó en que
el procesado no tenía antecedentes penales, tenía arraigo familiar en la ciudad
y estaba arrepentido.
Sin embargo, el Juzgado
consideró que la pena debía ser cumplida en una prisión y lo condenó sin
beneficios. Dicha decisión fue apelada por la defensa y apoyada por la
Fiscalía.
Así las cosas será el
Tribunal Superior de Cúcuta quien decida, en segunda instancia, si le concede o
no la casa por cárcel.
De La Opinión para Sucesos
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