Las cámaras de seguridad
no mienten, sería la premisa que llevó a los investigadores de la Fiscalía a
concluir que el principal sospechoso por la muerte de Ana Jacqueline García,
hasta el momento, es su esposo William Cardozo Martínez.
El crimen ocurrió el 6 de
febrero de 2014. La mujer fue hallada asfixiada en una habitación de su casa,
en el conjunto residencial Lomita Nueva, por la vía antigua a Boconó.
Desde entonces, un grupo
especializado de la Fiscalía asumió las indagaciones y un año después del homicidio,
que se creía impune, tomó un rumbo inesperado, pues el asesino no contó con el
análisis de las cámaras.
Tras la captura de Cardozo
Martínez, efectuada el pasado viernes en el mismo conjunto residencial, el
hombre fue presentado en audiencia ante el Juzgado Promiscuo Municipal de San
Cayetano, donde la Fiscalía presentó parte del material probatorio y evidencia
física recaudada con que pretende demostrar su responsabilidad en el asesinato.
Para el ente investigador,
resulta irrefutable que luego de que la pareja dejara a sus dos pequeños hijos
en el colegio y regresara a la casa, el hombre se fuera nuevamente, y nadie
volviera a entrar o salir del inmueble. Ello lo demuestran los videos de las
cámaras de seguridad que apuntan a las áreas comunes, a la vivienda y
hacia la entrada del conjunto residencial. Tampoco hubo vecinos que
hubieran observado o escuchado algo extraño.
En ese momento, William
Cardozo aseguró a las autoridades que se encontraba en una de sus dos fincas en
el corregimiento de Aguaclara y que al enterarse de que su esposa no fue a
recoger a sus hijos comenzó a llamarla para saber qué había pasado, pero ella
nunca respondió.
Por eso, -dijo- llamó al
vigilante del conjunto para que fuera a verificar la situación. Según el testimonio
del celador, luego de llamarla a gritos decidió entrar y la encontró muerta en
una de las habitaciones, entonces procedió a informar lo acontecido a las
autoridades.
Las puertas no estaban
forzadas
William Cardozo tendrá que
explicar por qué, después de enterado de la muerte de Ana, se tardó tanto
tiempo en llegar a la escena del crimen y más aún teniendo una camioneta de
alta cilindrada. Además las llamadas que realizó deberán corresponder con el
lugar donde dijo estar ese día.
Asfixiada
Según las indagaciones de
la Fiscalía, la mujer fue asfixiada con un plástico transparente para envolver
alimentos, que justamente había en la misma casa, según lo manifestado por una
empleada doméstica.
Al respecto, William
Cardozo ha guardado silencio desde su captura y no aceptó los cargos que le
imputó la Fiscalía. Sin embargo, para el Juzgado fueron evidencias suficientes para mantenerlo
privado de la libertad mientras avanza el proceso en su contra.
Quienes no han guardado
silencio son los familiares de la mujer, quienes se agolparon en la entrada del
Palacio de Justicia pidiendo esclarecer
este caso y con pancartas llamaron al respeto a la mujer y tildaron de asesino
a William Cardozo.
Por ahora, restan 90 días
para que la Fiscalía presente el escrito de acusación en contra de Cardozo y se
dé inicio al juicio oral y público. Cabe resaltar que, de ser culpable, el
imputado puede aceptar los cargos y acogerse a sentencia anticipada a cambio de
beneficios en la rebaja de la pena.
William, que desde el
pasado sábado permanece en la cárcel de Cúcuta, es natural del municipio de
Puerto Carreño (Vichada), estudió hasta noveno grado y dijo ser comerciante y
ganadero independiente. No reportaba antecedentes judiciales.
Ana Jacqueline, de 30
años, era ingeniera ambiental y aún es materia de investigación los problemas
que tendría con su esposo. Sus hijos quedaron provisionalmente bajo la custodia
de los abuelos maternos.
De La Opinión para Sucesos
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