El sábado, hacia las 4:15
de la mañana, Gabriel Torres salió de su casa, en el barrio La Cordialidad de
Los Patios, con rumbo hacia su trabajo en el Club Tennis.
Como todos los días, desde
hace 15 años, Gabriel tomó su bicicleta y, por la autopista de Los Patios,
pedaleó con rumbo hacia Cúcuta.
Sin embargo, la muerte lo
estaba esperando a la altura del cementerio Jardines de La Esperanza, donde un
‘carro fantasma’ lo arrolló, causándole la muerte de forma inmediata.
El cuerpo de Gabriel quedó
tendido junto a la vía, semisumergido en una cuneta por la que, a esa hora,
corría un cauce de agua por la torrencial lluvia que caía.
“A nosotros nos llamaron
del trabajo de él a avisarnos que Gabriel había sufrido un accidente y estaba
muerto”, contó Manuel, hermano de la víctima.
Según él, un compañero de
trabajo de su hermano, que pasó por el lugar de los hechos, vio el cuerpo y dio
aviso en el Club para que desde allí avisaran a los familiares.
“Por el momento lo único
que sabemos es que el carro que lo atropelló y lo mató, se dio a la fuga. No
sabemos nada más”, agregó, a la par de que invitó a quien pudiera haber sido
testigo del hecho, a comunicarse con el número 3123026686.
“En ese número pueden
ofrecernos pistas sobre el vehículo que mató a mi hermano. Queremos saber con
exactitud qué fue lo que pasó y que su muerte no quede impune”, enfatizó
Manuel.
Una compañera de trabajo
de Gabriel, que hizo presencia ayer en el lugar donde su cuerpo era velado,
manifestó que él era una persona muy cercana, trabajadora y amable.
Una de sus hermanas
también dijo que la víctima se movilizaba a todas partes en su bicicleta.
“Nunca se bajaba de ella, todo lo hacía en bicicleta. Que yo recuerde, nunca lo
vi moverse en una buseta o un taxi”, agregó.
La víctima estaba casada y
dejó dos hijos menores de edad.
De La Opinión para Sucesos

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