La tranquilidad de la noche del lunes se vio
interrumpida en el barrio Camilo Daza por vándalos que quemaron dos carros,
hechos que mantienen a los habitantes de este sector de la ciudadela Juan
Atalaya en medio de la zozobra y la incertidumbre.
A las 11 de la noche, en
la calle 46 con avenida 10, una fuerte explosión alertó a la familia Arévalo
del hecho: cuando José Joel Arévalo abrió la puerta de su casa, vio cómo las
llamas consumían su vehículo.
“Salté de mi cama porque
mi hija me gritó que el carro se estaba quemando y de inmediato traté de
apagarlo echándole agua con una manguera que tengo”, dijo.
En medio del pánico que se
desató entre los familiares, los vecinos salieron de sus casas para tratar de
ayudar.
Entre todos unieron
esfuerzos y lograron apagar en una hora las llamas que dejaron la mitad del
carro marca Renault 9, color rojo, convertido en cenizas y latas destrozadas.
El incendio generó que
explotara el medidor de gas, por lo que las llamas causaron un peligro
inminente para la familia. Allí, vive José Joel con su esposa, una hija y un
nieto de 4 años.
“Ellos tuvieron que salir
por el patio y pasarse a la casa del vecino”, dijo José Joel, explicando cómo
se escapó su familia de las llamas que alcanzaron a entrar a su casa.
La familia Arévalo es de
Ábrego (Norte de Santander) y desde hace 11 años vive en Cúcuta. Los últimos
cuatro años han vivido en el barrio Camilo Daza.
José Joel no entiende por
qué alguien pudo prenderle fuego a su carro. Aseguró que lo utilizaba para pasear
con sus seres queridos y para llevar el mercado todos los días a la tienda que
tiene en el sector.
Cuadras más adelante y
mientras José Joel trataba de apagar las llamas que consumían su carro, otro
vehículo, marca Mazda 323, color verde, empezaba a ser consumido por la
candela. Eran las 11:25 de la noche.
El carro llevaba
estacionado cuatro días en la avenida 7 con calle 47, luego de que Eimer
Ascanio le realizara algunos arreglos que le había encargado el propietario del
vehículo.
“Le estaba arreglando los
amortiguadores; ya le había invertido 600 mil pesos”, dijo Ascanio. El carro
quedó convertido en cenizas en su interior.
Según algunos vecinos del
sector, un hombre vestido con una pantaloneta blanca y una camiseta negra se
paró en cercanías del lugar mientras se quemaba el vehículo y hacía constantes
llamadas.
Los residentes de Camilo
Daza pidieron mayor control a las autoridades.
De La O para Sucesos
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