“Con bombazos y una
plomacera fuerte”.
Así despertaron a los
habitantes del corregimiento Aspasica, en La Playa de Belén, guerrilleros del
frente Comandante Diego, del Ejército de Liberación Nacional (Eln), cuando
emboscaron a un grupo de cinco militares que adelantaban labores de
inteligencia y se iban a encontrar con un desmovilizado de esa guerrilla.
El hecho ocurrió hacia la
1:40 de la madrugada en el kilómetro uno de la carretera que comunica de
Aspasica con La Playa de Belén, en la Ye que lleva a una conocida finca de esa
zona ubicada en la vereda La Peña.
En el ataque resultaron
muertos los soldados Jaime Leonel Jiménez y Milsiades Ramón Julio Llorente,
miembros del Batallón de Infantería Nº 15 General Francisco de Paula Santander;
además, murió un integrante del grupo subversivo.
En el lugar de los hechos,
la escena era imposible de asimilar. Una de las víctimas quedó totalmente
quemada junto a una motocicleta marca Suzuki GN. Los otros dos cadáveres tenían
tiros en la cabeza y las piernas destrozadas.
Una pistola y un fusil
también quedaron incinerados junto a los soldados
Los hombres que se
movilizaban en motocicletas, una de ellas de placa HUJ -41, marca Honda Xlr
125, de color blanco, fueron esperados por los agresores que los atacaron con
armas de largo alcance y granadas de fragmentación.
Según se conoció, los tres
militares que se salvaron del ataque enfrentaron a los subversivos mientras
llegó un helicóptero del Ejército y los sacó de la zona.
El general Alberto José
Mejía, comandante del Ejército, rechazó el ataque de la guerrilla.
“Fueron emboscados,
atacados y vilmente asesinados en la vía por el grupo armado ilegal del Eln”,
dijo el oficial.
La institución condenó a
través de un comunicado de prensa la acción de la guerrilla.
“Fueron víctimas de una
acción terrorista, usando como mecanismo la activación de un artefacto
explosivo improvisado, además de ultimarlos con tiros de gracia, para posteriormente
incinerar el cuerpo de uno de los militares”.
Asimismo, expresaron
solidaridad y condolencias a las familias de los uniformados.
Según se estableció, los
militares habían adelantado un trabajo investigativo contra algunos
cristalizaderos del Eln, gracias a la ayuda de un desmovilizado, lo que pudo
haber generado el ataque como represalia.
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