viernes, 17 de julio de 2015

Dos hermanos condenados por tener armas y drogas

Los hermanos Jaime Alejandro y Camilo Andrés Blanco Manrique aceptaron los cargos, tras ser capturados luego de una persecución que culminó en una casa del barrio Siglo XXI, donde la Policía les encontró armas y drogas.
Jaime Alejandro, de 28 años, quien tenía antecedentes por otros delitos, fue sentenciado a 13 años de prisión por porte ilegal de armas de uso personal y privativo de las Fuerzas Armadas y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Camilo Andrés, de 20, fue condenado a 9 años por fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.
Los hermanos, nacidos en Cúcuta, fueron detenidos el 5 de junio de 2014 cuando un ciudadano se acercó afanado a un grupo de policías, en un puesto de control del barrio San Martín, y los alertó sobre los ocupantes de un carro que se aproximaba, y quienes lo habían amenazado con un arma de fuego.
“Ante ello, le dieron la señal de pare al conductor, quien hizo caso omiso, emprendiendo la huida. Enseguida, los policías iniciaron la persecución en motocicletas hasta que el vehículo Chevrolet Optra se detuvo en la calle 4 con avenida 19 de Siglo XXI, donde descendieron e ingresaron a una vivienda. Uno de ellos llevaba un arma de fuego en la mano”, señaló la Fiscalía durante la audiencia.
Acto seguido, y por tratarse de una persecución en flagrancia, los uniformados ingresaron al predio observando cuando el sujeto que llevaba el arma la arrojó a un pasillo, momento en que uno de los patrulleros se le lanzó y logró inmovilizarlo, mientras sus compañeros hacieron lo mismo con el hermano.
El arma arrojada al pasillo era un revólver Martial, calibre 38. Además, en una habitación hallaron 5 cartuchos, calibre 38; un cartucho, calibre 9 milímetros; un cartucho, calibre 22, y 102 cartuchos, calibre 5.56 con su proveedor.
También encontraron una subametralladora Mini Uzi con silenciador y bolsas plásticas con heroína (1.685 gramos).
Los policías procedieron a leerles los derechos a los capturados, quienes fueron llevados ante el Juzgado Primero Penal Municipal que legalizó sus detenciones y les impuso medida de aseguramiento en prisión, sin que se allanaran a los cargos.
Para entonces, el coronel Necton Lincon Borja Miranda, comandante Operativo de la Policía Metropolitana de Cúcuta, indicó que los hermanos, al parecer, eran integrantes del Clan Úsuga y que el sitio donde fueron detenidos funcionaba como un laboratorio urbano y artesanal para el procesamiento de heroína a pequeña escala.

“Se presume que el narcótico era producido en el lugar como una fuente de financiación para la banda criminal”, sostuvo Borja Miranda.
De La O para Sucesos

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