jueves, 25 de junio de 2015

Esperan respuesta del Estado venezolano familiares de otros desaparecidos en Ureña

Luego de que este martes se conociera por parte de la fiscal general de la República que habían logrado identificar plenamente a siete de las 12 osamentas humanas, localizadas  hace mes y medio en tres fosas del sector Los Tanques, en La Mulata, Ureña, los familiares de otros jóvenes desaparecidos desde el año pasado en esa población, esperan  también para ellos pronta respuesta del Estado venezolano, con el propósito de poner fin a meses de incertidumbre y angustia.

En esta situación se encontraría Sonia Molina, una dama valenciana, cuyo hijo, Luis Ángel Páez Molina, de 23 años, también oriundo del estado Carabobo, que por su oficio de carpintero se trasladó a El Vigía, en el estado Mérida, y luego a Ureña, donde finalmente desapareció, como si la tierra se lo hubiera tragado.

Vía telefónica, Sonia contó que hoy jueves su hijo cumplirá un año y un mes de haber desaparecido, sin dejar rastro, al igual que un amigo de él que lo acompañaba, de quien ella no tiene mayor información.

Recordó también que el próximo domingo 28 de junio, Luis Ángel cumplirá 24 años de edad.

“Lo que yo le pido al Estado venezolano, al presidente Maduro, a la fiscal Luisa Ortega Díaz, es que se apiaden de nosotros, que nos ayuden a dar con el paradero de todos esos muchachos  que están desaparecidos, porque nadie nos da razón. Pasa el tiempo y los únicos que  nos acordamos de ellos somos nosotros, sus padres”.

Sonia fue una de las madres que  en mayo pasado, cuando hallaron las osamentas, se apostó a las puertas de la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, donde “armaban” las osamentas que posteriormente facilitarían la identificación de cada una de ellas, en Caracas.

Sin embargo, cree que su viaje al Táchira fue en vano, pues quedaron “en que nos llamarían, pero no lo han hecho. Sé que a integrantes de otras familias, como  a cuatro  o cinco que estuvieron allí, les tomaron muestras de ADN para compararlas con las de las osamentas, pero a mí y a muchas otras personas, no lo hicieron”.

Para la madre de Luis Ángel, ha sido un calvario este más de un año sin saber de él, confiesa: “esto es muy duro y fuerte para las madres que estamos viviendo esto. No sabemos si entre esas osamentas que faltan  por identificar, están nuestros hijos; pero si son ellos, queremos que nos den pruebas de que sí son”.

Aún con fe de que su hijo esté vivo, pidió que se publicara  el siguiente número telefónico: 04262455412, para quienes pudieran tener alguna información sobre el paradero de su hijo o de qué le pasó hace 13 meses.


Aprovechó Molina para informar que otro joven de Valencia, a quien identificó como   Richard Olivares, de 23 años, también desapareció entre el 15 y 19 de abril de 2104,  en Ureña, donde trabajaba conduciendo un camión cisterna de agua potable. De él tampoco se sabe nada desde hace más de un año.

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