Para la cotización de sus
principales figuras (Lionel Messi, Sergio Agüero, Ángel Di María, Gonzalo
Higuaín, del lado albiceleste, y James Rodríguez, Radamel Falcao García, Carlos
Bacca y Jackson Martínez, del lado amarillo, azul y rojo), cinco goles en 270 minutos
de juego, cuatro argentinos y uno colombiano, no son un balance positivo.
Pero las defensas han
permitido que ambos equipos, aún sin brillar, estén en los cuartos de final de
la Copa América. Argentina solamente recibió dos goles en la primera fase,
ambos en el primer partido, contra Paraguay. Y Colombia, salvo el que le marcó
Venezuela, no tiene más goles en contra. Este es el frente a frente de los dos
rivales este viernes en los cuartos de final.
Los porteros. Ambos
equipos cuentan con arqueros probados, seguros y con mucha experiencia. Sergio
Romero y David Ospina jugaron el Mundial pasado y son titulares fijos en la
Copa. Ambos son buenos atajadores y no tienen problema para jugar con los pies
si es necesario. El tema de la estatura de Ospina (1,83, nueve centímetros
menos que Romero), que fue objeto de algunas críticas en Inglaterra, acá no ha
tenido ninguna repercusión.
Defensas seguras.
Argentina mantuvo la base del Mundial, con el único cambio de Nicolás Otamendi,
que no fue a Brasil, por Federico Fernández, que no quedó en la lista de 23,
aunque estuvo en la preselección que hizo Gerardo Martino. Así, los argentinos
son fuertes en el juego aéreo, en especial, gracias a los 1,88 metros de
estatura de Ezequiel Garay. A Colombia no la han atacado mucho y cuando lo han
hecho, Jeison Murillo ha sido fundamental en los cierres, más allá de la
debilidad de los laterales. Argentina sufre del mismo problema, aunque tiene
una fórmula casi infalible para evitar que eso le preocupe. Lo que nos lleva a
la siguiente línea de cada equipo.
Un medio campo muy fuerte.
Argentina basa su juego en la tenencia de la pelota. Los datos de posesión de
balón en sus tres primeras presentaciones fueron impresionantes: es el equipo
con el dato más alto en ese aspecto: 70,3 por ciento. En el primer tiempo
contra Jamaica, llegó a tener la pelota el 81 por ciento del tiempo. Colombia
hizo, en la primera fase de la Copa, 668 pases menos que Argentina, una muestra
de dos cosas: uno, no tiene la misma precisión (87 por ciento de Argentina
contra 77 de Colombia), y dos, es un equipo que a veces quiere jugar en largo.
La misión de Colombia será
tratar de romper ese circuito, que nace de Javier Mascherano en la función de
volante de primera línea. El juego albiceleste pasa muchas veces por sus pies.
Hay dos fórmulas: o trata de encerrarse y no deja espacios para que los
argentinos toquen, o agarra la pelota y empieza a manejarla, como lo hacía en
la eliminatoria. Colombia fue el quinto equipo en la tabla de posesión de
balón, con 51,1 por ciento, detrás de Argentina, Chile (67,2), Brasil (58,8) y
Ecuador (51,4).
¿Y los ataques? Las dos
selecciones tienen un evidente problema de falta de gol. Pero las causas son
bien diferentes. En el caso de Argentina, ha hecho 18 remates al arco en los
tres partidos, pero de ellos, solo cuatro terminaron en gol, uno de ellos de
penalti, conseguido por Lionel Messi. A eso hay que sumar 14 remates desviados
y 16 remates bloqueados.
El problema de Colombia es
distinto: no es de remate sino de generación de juego. En tres partidos solo
hizo seis tiros al arco y uno solo terminó en gol (anotado por un defensa,
Jeison Murillo). Uno de los delanteros que entró a la cancha en estos juegos,
Carlos Bacca, no hizo un solo remate al arco. Las cifras de remates desviados y
bloqueados son, incluso, más altas que las de Argentina (17 y 18, respectivamente).
Un punto para mejorar.
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