Javier Urango Mayo fue
condenado a 33 años de cárcel por ordenar lanzar una granada contra la
consignataria de vehículos Sobre Ruedas, como mecanismo de presión a los
comerciantes cucuteños que se negaban a pagar la ‘vacuna’ para la organización
criminal de Los Urabeños.
Los hechos se remontan al
30 de abril de 2012, cuando a las 7:50
de la noche, una fuerte explosión sacudió a los vecinos de la calle 15 con
avenida 3E del barrio Caobos.
En una de las cámaras de
seguridad quedó grabado el momento en que un sujeto se acercó sigilosamente a
la consignataria y por encima de la malla lanzó una granada; luego escapó en un
taxi.
La explosión generó un
incendio de grandes proporciones que dejó como saldo 11 carros quemados y
obligó la intervención de los bomberos para que las llamas no se propagaran a
las viviendas cercanas. Los daños fueron valorados en $600 millones.
Los delincuentes no
contaron con que el mesero de un restaurante cercano anotó la placa del taxi,
SPZ-214, afiliado a la empresa Cone, antes de que tomaran rumbo a la Diagonal
Santander.
Los investigadores de la Sijín iniciaron el
rastreo con dicho número y llegaron hasta el propietario del automóvil, quien
les informó que el conductor era Jonathan Carvajal Becerra y residía en el
barrio Trigal del Norte, donde fue detenido al siguiente día.
Aunque el chofer
inicialmente se mostró inocente y fue dejado en libertad, luego de que un juez
declarara ilegal su captura, unidades del CTI lo recapturaron para que
respondiera por estos hechos.
‘El Tío’
Horas más tarde, un
informante que declaró bajo reserva de identidad, le afirmó a las autoridades
que Javier Urango Mayo era el mismo ‘Tío’ o ‘Mauricio’, quien ordenó el ataque
a la consignataria de vehículos y estaba directamente relacionado con el
taxista detenido, además de un sujeto apodado El Mico, encargado de lanzar la
granada y actualmente prófugo.
“El informante dijo
conocer de los hechos porque estaba en la casa del ‘Tío’ cuando llegaron dos
sujetos y este les manifestó que iban a tirarle una granada a unos carros
porque el dueño se negó a pagar la cuota. Además, que tenían que darle la misma
dosis que le dieron a otra compraventa de vehículos en Villa del Rosario,
frente al Búnker”, señaló la Fiscalía.
El informante les entregó
la dirección de una casa en el barrio El Rosal, que fue arrendada un día antes
por Urango Mayo y su compañera, y donde guardaban armamento para la banda
criminal.
Con estos datos, los
uniformados solicitaron la autorización para efectuar el allanamiento donde fue
capturado ‘El Tío’.
En la casa los uniformados
encontraron 230 cartuchos, calibre 7.62 milímetros, un proveedor y el celular
del capturado, que más adelante se convirtió en pieza clave de la investigación.
Los dos hombres fueron
presentados ante el Juzgado Segundo Penal Municipal que legalizó sus capturas y
les impuso medida de aseguramiento en prisión.
La Fiscalía les imputó los
delitos de concierto para delinquir, terrorismo, porte ilegal de armas de uso
restringido de las Fuerzas Armadas o explosivos agravado, y daño en bien ajeno agravado.
El 14 de noviembre del
mismo año, mientras el juicio avanzaba, el taxista aceptó los cargos y se
acogió a sentencia anticipada, luego de llegar a un preacuerdo con la Fiscalía.
Sin embargo, ‘El Tío’ prefirió ir a juicio.
Las pruebas
La Fiscalía demostró ante
el estrado que Javier Urango Mayo se comunicó por su celular con el taxista y
viceversa en 71 oportunidades antes, el día y después del ataque a la
compraventa de vehículos.
El propietario del negocio
corroboró que días antes le habían hecho varias llamadas extorsivas a un
teléfono de su oficina, en la que preguntaban con insistencia por ‘el patrón’.
El juicio, en el que
fueron escuchados los testimonios de 17 testigos, incluyó el de la propietaria
del inmueble arrendado a El Tío, quien aseguró que vio el mismo taxi el día que
la compañera de Urango Mayo fue a tomar la casa en arriendo.
“Lo cierto es lo señalado
por el informante sobre que Javier Urango Mayo fue partícipe del atentado
terrorista causado por la explosión de una granada que fue arrojada a la
consignataria por parte de Los Urabeños y así obligar a los propietarios a
pagar las extorsiones exigidas por dicho grupo”, señaló el juzgado que lo
condenó, sin beneficios de casa por cárcel o suspensión condicional de la
ejecución de la pena.
De La O para Sucesos
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