sábado, 15 de noviembre de 2014

Alias "Nanda" expendedora de bazuco en Cúcuta fue condenada a 4 años de prisión

Agentes encubiertos, que se infiltraron por seis meses en una  organización de narcotraficantes que operaba en los barrios El Páramo, El Contento y El Llano, dejaron tras las rejas a varios de sus integrantes, entre ellos a María Fernanda Valencia Marín, quien esta semana fue condenada a 4 años y 2 meses de prisión.

María Fernanda fue detenida el pasado 7 de julio por orden del Juzgado Segundo Penal Municipal, con funciones de control de garantías de Villa del Rosario, señalada de ser la persona encargada de la venta de la droga (entre bazuco, coca y marihuana) en el sector de la avenida 9 entre calles 11, 12 y 13 de El Páramo.

Según los investigadores encubiertos, la mujer escondía el estupefaciente  en su ropa interior o en diferentes sitios de la vía pública y era conocida como Nanda.

Días atrás, efectivos de la  Sijín de la Policía Metropolitana detuvieron a Freddy Orlando Escalante Castellanos, de 46 años, Miguel Ángel Ochoa Silva, de 33, Ruth Soraya Ávila Jaramillo, de 45, José de Jesús García Picos, de 26, y  Marta Liliana Escudero Pérez, de 47, señalados de integrar dicha banda, denominada Los Mechas.

Según los investigadores, Los Mechas utilizaban a los habitantes de la calle para vender la droga al menudeo, aprovechando que de ser capturados eran  dejados en libertad por su condición de consumidores.

Flagrancia

Tras elaborar el organigrama de la organización, los agentes encubiertos compraron en varias ocasiones bazuco y marihuana a Nanda y contaban con sindicaciones directas de consumidores sobre los turnos que la mujer  cumplía en la calle para la venda de la droga.

Al día siguiente de su detención, Nanda fue presentada ante el juzgado solicitante que legalizó su captura y le impuso medida de aseguramiento en prisión, sin que se allanara a los cargos.

Preacuerdo

Ante el contundente material probatorio, la defensa de María Fernanda decidió llegar a un preacuerdo con la Fiscalía que consistió en aceptar los cargos a cambio de recibir una rebaja del 50 por ciento de la pena y por consiguiente no ir a  juicio.

Dicho preacuerdo fue aprobado por otro juzgado que la condenó por los delitos de concierto para delinquir con fines de narcotráfico y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, sin beneficios de casa por cárcel o suspensión condicional de la ejecución de la pena.


“Debemos señalar que la acusada obró con culpabilidad, pues siendo sujeto imputable y conociendo de antemano la ilegalidad que representaba concertarse para narcotraficar y expender sustancias estupefacientes… optó voluntariamente por desplegar dichos comportamientos, configurándose de tal forma el juicio de reproche estatal merecedor de la pena”, señala la sentencia condenatoria.

De La Opinión para Sucesos

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