Ante la
imposibilidad de encontrar en farmacias de San Antonio del Táchira medicamentos
básicos como el acetaminofén, en cualquiera de sus presentaciones, personas que presentan la sintomatología de
la fiebre chikunguña se han visto obligadas a comprar dicha medicina en el lado
colombiano, donde el precio se multiplica debido a la disparidad del bolívar
con respecto al peso.
En las poblaciones del eje fronterizo San Antonio-Ureña,
los casos de personas con fiebre alta, malestar general, dolor en las
articulaciones, erupciones en la piel, parecen multiplicarse cada día, pese al
trabajo preventivo que han adelantado
autoridades sanitarias, con el apoyo de la
Guardia Nacional, Policía, consejos comunales, vecinos y otros entes.
La jefa del Distrito Sanitario número 3, Nuvia Díaz, no obstante, dijo que solamente se puede
hablar de casos sospechosos de posible fiebre chikunguña, porque el Instituto
Nacional de Higiene es el único ente facultado para confirmar
o negar, mediante pruebas de laboratorio, la existencia de la
enfermedad en algún paciente. Por directrices del nivel central,
los funcionarios del ministerio de
Salud no pueden hablar del número
de casos sospechosos.
En San Antonio es muy
común escuchar testimonios
de personas que dicen haber
tenido los síntomas de la
citada fiebre. Incluso
mencionan que el grupo familiar
entero se ha visto afectado. Algunos
indican que han acudido a centros de salud
públicos o privados en busca de
asistencia médica, pero el problema ha sido conseguir, en las farmacias
comerciales o en los centros asistenciales,
los medicamentos que recetan. El
acetaminofén, uno de los productos recetados en estos casos, escasea
prácticamente en todas las farmacias,
aunque hay personas que dicen haberlo conseguido a través de “algún contacto” que tienen con estos
establecimientos.
Ante la imposibilidad de encontrarlo en San Antonio o
Ureña, los pacientes se ven obligados a
comprar el medicamento en las farmacias de la localidad colombiana de La
Parada, Villa del Rosario o en la ciudad de Cúcuta, donde el precio se
multiplica enormemente, en comparación con el valor que tiene en Venezuela. Una
persona, que dijo haber tenido los síntomas de la fiebre chikunguña, narró que
compró una caja de Atamel, de 15 tabletas, en una farmacia de La Parada en 450
bolívares, ya que allá vale alrededor de 8 mil pesos.
Con la devaluación del bolívar ante el peso
colombiano, para los venezolanos el costo de los medicamentos colombianos se
ha incrementado. “Lo lamentable es que
muchas veces compramos en Colombia medicamentos hechos en Venezuela,
que salen de contrabando, porque allá cualquier cosa vale más que aquí.
Por eso es que en las farmacias de aquí nunca los hay”, agregó el informante.
De La Nación para Sucesos
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