Un informante entregó a
las autoridades datos precisos sobre un hombre, a quien le decían el Flaco, que
tenía en su poder varias granadas para mortero las cuales entregaría a las Farc
en algún lugar del Catatumbo. Dicho sujeto, estaba hospedado en el hotel Kenner
y Danny en el barrio La Merced de Cúcuta.
Con esta información, la
Policía de Norte de Santander y el Ejército solicitaron ante un fiscal de la
Unidad de Reacción Inmediata (URI) la autorización para el allanamiento de
dicho inmueble el pasado 16 de junio.
Al llegar, no fue
necesario irrumpir a la fuerza puesto que la administradora del HOTEL permitió
el ingreso de los uniformados a la habitación 209, donde al tocar la puerta
abrió un hombre. Se trataba efectivamente del Flaco quien al verse sorprendido
no opuso resistencia.
Sobre la cama, al lado
izquierdo, había una caja de cartón en cuyo interior encontraron 15 granadas
para mortero, calibre 60 milímetros.
Al corroborar la
información del informante, el hombre
fue capturado e identificado como Víctor Manuel Salazar Gil, de 39 años, natural de Cúcuta.
El Flaco fue presentado
ante el Juzgado Primero Penal Municipal, con función de garantías ambulante,
que legalizó su captura y le dictó medida de aseguramiento en prisión, sin que
se allanara a los cargos. La Fiscalía le imputó el delito de fabricación,
tráfico y porte de armas y municiones de uso restringido y privativo de las
Fuerza Armadas o explosivos.
Preacuerdo
En vista del contundente
material probatorio en su contra, sumado a la detención en flagrancia con las
granadas, la defensa de Salazar Gil decidió el 6 de agosto llegar a un
preacuerdo con la Fiscalía que consistió en aceptar los cargos a cambio de una
rebaja del 12.5 por ciento en la pena.
Dicho preacuerdo fue
aprobado esta semana por un juzgado de Cúcuta que lo condenó a 9 años, 7 meses
y 15 días de prisión sin beneficios de casa por cárcel o suspensión condicional
de la ejecución de la pena.
“En cuanto a la
responsabilidad de Salazar Gil he de indicar que fue capturado en flagrancia,
al ser sorprendido en la habitación donde se hospedaba conservando las armas de
guerra, aunado a lo anterior la aceptación de su responsabilidad al preacordar
con la Fiscalía”, señaló el juzgado en su decisión.
En el preacuerdo, no fue
materia de debate procesal de dónde provenían las armas o la presunta
vinculación del condenado con las Farc, quien guardó silencio al respecto.
Al término de la
diligencia el condenado quedó a disposición del Instituto Nacional Pentenciario
y Carcelario (Inpec).
De La Opinión para Sucesos
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