miércoles, 1 de febrero de 2017

Sacerdote italiano es acusado de organizar orgías en su parroquia

En una actuación poco habitual a la que acostumbra la Iglesia católica al ocultar ciertos escándalos y delitos cometidos por algunos de sus miembros, Claudio Cipolla, actual obispo de Padua, en el norte de Italia, pidió perdón a la comunidad cristiana por los actos cometidos por el recién destituido párroco de la iglesia de San Lázaro, Andrea Contin, luego de ser acusado de prostituir a varias mujeres con quienes organizaba orgías dentro de la sede religiosa.

“Se trata de una herida dolorosa para nuestra Iglesia y sociedad”, resaltó Cipolla a través de una carta que fue publicada por algunos medios locales, que revelaron el escándalo que se convirtió público cuando algunas mujeres, involucradas directa o indirectamente en el escándalo, decidieron denunciar a Contin, de 49 años de edad.

Las acusaciones de tres mujeres contra el sacerdote llegaron a las altas esferas católicas, pero las autoridades eclesiásticas decidieron no compartirlas con la Policía, pues ellos llevarían a cabo su propia investigación.

Una de las víctimas que lo denunció bajo anonimato, según publicó el periódico local Il Mattino di Padova en su página web, reveló a fines de diciembre que “siempre había un montón de mujeres dando vueltas” y que tenían “relaciones sexuales en la parroquia a toda hora. Mañana, tarde y noche”.

Al crecer el escándalo y conocerse más detalles de lo ocurrido en la sede parroquial, la Policía no intervino al considerar que el llevar una vida sexual activa no es delito. Sin embargo, las acusaciones de proxenetismo cerraron el círculo sobre Contin y, ahora, ya destituido, tratan de determinar si el sacerdote recibió pagos por los encuentros sexuales que se venían realizando, según las denuncias, desde hace meses.

Días después, al verse envuelto en el escándalo, el mismo párroco admitió lo sucedido. “Declaro que he conocido en la parroquia a cinco mujeres, con lo cual, después de un tiempo, mantuve una relación romántica que dio lugar a una relación sexual”, admitió.

“Sí, he tenido relaciones sexuales con cinco feligreses, a menudo en la rectoría. A veces, incluso, con los hombres de color”, reza otro aparte del comunicado que entregó el cura a los medios de comunicación.

Las autoridades también están tratando de identificar a otras presuntas víctimas y dar con el paradero de los otros hombres que se cree participaron en los encuentros organizados por Contin.

Además, las autoridades hallaron en la iglesia videos pornográficos, varios de ellos grabados por el propio Contin, quien disimulaba el material guardándolos bajo estatuas religiosas o con el nombre de algún santo.

A su vez, el obispo Cipolla intentó en su carta matizar los actos cometidos por el párroco: “Este mal, que hace tanto ruido, no me impide recordar, y al ver tantos sacerdotes y diáconos que han sacrificado la vida en la coherencia, con humildad y fidelidad”, afirma. Sin embargo, cada vez son más las mujeres que acusan a Contin, llegando ya a más de una docena de involucradas, que, según el común denominador hallado por los investigadores, se encontraban en un momento de debilidad personal.

A manera extraoficial, medios italianos hablan de la participación de otro sacerdote, el párroco de Carbonara di Rovolon, Roberto Cavazzana, de 41 años y quien habría estado presente en algunas de las orgías.

Contin y al parecer Cavazzana han tenido que abandonar la parroquia y se desconoce dónde se han refugiado para evitar a la prensa. La familia de Contin ha dejado también su pueblo.

En alusión al caso de Padua y a otros escándalos similares, el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, declaró hace unos días: “Hay sufrimiento y vergüenza por el comportamiento de algunos curas, pero tengo el orgullo de decir que no representan a la Iglesia”.


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