La primera vez se salvó,
pero en esta ocasión no corrió con la misma suerte y murió quemado entre las
tablas y latas de zinc con las que construyó su humilde rancho. Sus gritos de
auxilio se ahogaron entre el fuego que no le dio tiempo de reaccionar.
Los vecinos del barrio
Nariño en Villa del Rosario lo conocían como Pacífico, aunque su apodo
contrastaba con el mal humor que, según ellos, se sumaba al achaque de los
años.
Pacífico, quien vivía con
un amigo también de avanzada edad, murió la madrugada de ayer luego de que se
iniciara un incendio, del cual, aún las autoridades desconocen la causa.
El teniente Jorge
Martínez, comandante de la Policía en el Municipio Histórico, dijo que hacia la
1:45 de la mañana el amigo de Pacífico llegó, sin aliento, a la estación para
contarles lo ocurrido y les juró que nada pudo hacer para ayudarlo, solo salvar
su vida.
De inmediato -dijo- fueron
guiados por el anciano hasta el lugar donde las llamas ya habían consumido el
rancho, pero nada pudieron hacer más que lanzar algunos baldados de agua,
puesto que aún no llegaban los bomberos.
Pacífico murió entre el
fuego y su cuerpo fue hallado ‘carbonizado’ en el suelo. Dos de sus fieles
perros, de raza criolla, vieron quemar el rancho sin alejarse, mientras que una
gata que amamantaba a sus dos crías se salvó al estar afuera de la casa. Otros
dos gatos murieron junto a su amo.
Luis Galindo, comandante
del Cuerpo de Bomberos en Villa del Rosario,
aseguró que el reporte de la emergencia lo recibieron solo hasta las
2:24 de la madrugada y al sitio llegaron a las 2:39 a.m. cuando nada pudieron
hacer por salvar la vida de Pacífico.
“Él gritaba que lo
auxiliaran y que no lo dejaran morir, pero de repente se calló”, señaló la
vecina más cercana.
Sobre Pacífico eran pocos
los datos que conocían sus vecinos, puesto que vivía alejado de su familia y
era una persona a la que le gustaba la soledad y los animales. Aunque al lugar
donde construyó el rancho llegó hace solo dos meses, siempre invadió lotes en
el sector. El anterior también se le quemó, afirmaron sus vecinos.
“Sabemos que tiene una
hermana que vive cerca, pero poco se veían. Además que tuvo tres hijos, de los
cuales, solo uno está vivo. Creemos que se llamaba Martín, pero no conocemos el
apellido. Casi no escuchaba y tocaba hablarle fuerte al oído”, dijo la vecina.
El teniente Martínez
indicó que Pacífico cocinaba con leña y en la casa encontraron cauchos de
llantas para carro.
Entrada la luz de la
mañana, personal de la Sijín de la Policía hizo el levantamiento y llevó el
cadáver al Instituto de Medicina Legal, donde establecerán la plena identidad
de Pacífico.
“Él recibía subsidio por
ser de la tercera edad y creemos que en estos días le iban a entregar una casa.
Pacífico vivía también de lo que le daba la gente”, agregó la vecina.
Por ahora, el cuerpo
permanece en la morgue a la espera de familiares que puedan reconocerlo y reclamarlo para
darle sepultura.
De La Opinión para Periódico Sucesos
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