Hasta su tienda y billar
de tabla, en la invasión Francisco I, llegaron el martes en la tarde cuatro
hombres, entre ellos tres menores de edad, y le dispararon en reiteradas
ocasiones.
Testigos manifestaron a
las autoridades judiciales que los agresores, inicialmente, pidieron una
gaseosa. Miguel Ángel Rojas Cañizares, de 43 años, despachó el pedido a sus
aparentes clientes y estos, a las 2:30 de la tarde, le pagaron al menos dos
balazos.
Uno de los sospechosos
desenfundó un arma y lo atacó de frente. La víctima reaccionó rápidamente y
alcanzó a correr por la parte trasera de
su rancho.
El pistolero y sus
cómplices, al ver que se les escapaba, le volvieron a disparar, impactándolo
nuevamente. Rojas Cañizares cayó unos metros más abajo.
Vecinos levantaron al
herido y lo montaron a un carro. Pese a sus esfuerzos para intentar salvarlo,
el tendero llegó sin vida al centro médico.
Allegados al caso dijeron
que aún no se ha recopilado información sobre las identidades y los paraderos
de los agresores. Tampoco se ha establecido si huyeron a pie o en algún
vehículo.
Investigadores se
aventuraron a considerar que posiblemente Rojas Cañizares había visto antes a
sus atacantes, a quienes atendió sin sospechar lo que iba a suceder.
Esta tesis, sin embargo,
solo se podrá confirmar durante el avance de las pesquisas.
El comandante del Segundo
Distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta, mayor Gustavo González, afirmó
que las primeras indagaciones dejan entrever que el homicidio está ligado a
inconvenientes generados por la venta de unos lotes.
Una sobrina del occiso,
quien al cierre de esta edición diligenciaba la documentación para reclamar el
cadáver, precisó que vivía solo en Cúcuta y que es oriundo de Convención.
Este es el segundo crimen
ocurrido, en Francisco I, en mes y medio.
De La Opinión para Periódico Sucesos
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