sábado, 20 de septiembre de 2014

Ordenan libertad de joven procesado por no querer prestar servicio militar

Un fallo de la Corte Constitucional ordenó a la Dirección de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército y al Distrito Militar 34 de Barrancabermeja, desincorporar del servicio militar obligatorio a un joven de 19 años, quien desde el momento en el que fue vinculado al Ejército se declaró objetor de conciencia, aduciendo razones de formación religiosa.

Se trata de Jhonatan David Vargas Becerra quien el miércoles pasado, tras permanecer 13 días privado de la libertad en las instalaciones militares del Batallón Nueva Granada de Barrancabermeja, por el presunto delito de deserción, quedó libre por orden del alto tribunal.

La Corte sustentó su decisión, de desincorporar a Vargas Becerra, en el respeto por los derechos fundamentales a la libertad de conciencia y a la libertad de cultos y de religión, dado que el joven manifestó desde un comienzo que por su formación religiosa se negaba a empuñar un arma y recibir entrenamiento para el manejo de la misma.

Además de la desvinculación, el fallo le ordena al Ejército expedirle la libreta militar al joven lo más pronto posible.


Lo reclutaron

El caso de Jhonatan David Vargas Becerra comenzó el 16 de marzo de 2013, fecha en la cual el joven, quien para entonces ya cursaba estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad Industrial de Santander, sede Barrancabermeja, se presentó en las instalaciones del Batallón 34, con el propósito de definir su situación militar.

Aunque Vargas Becerra certificó que estaba adelantando estudios universitarios, que de acuerdo con la Ley implica aplazamiento del servicio, fue reclutado y ese mismo día lo trasladaron al departamento del Tolima y de allí al Batallón 28 Bochica de Puerto Carreño, en el departamento de Vichada.

“Desde que llegó a ese batallón, mi hijo manifestó que por razones de conciencia y de formación religiosa no portaría armas ni aprendería a utilizarlas”, María Becerra, mamá del joven.

El muchacho recibió un llamado de atención de sus superiores, quienes amenazaron con abrirle procesos penales por insubordinación y desobediencia.


No regresó

Ante el reclutamiento, la familia del joven inició una batalla jurídica para hacer prevalecer su derecho de objetor de conciencia.

Por tal razón, el 25 de abril instauraron una acción de tutela contra el Ministerio de Defensa Nacional y el Comandante del Batallón 28, en el Tribunal Administrativo de Santander, en busca del amparo de los derechos a la libertad religiosa y de cultos, y al derecho a la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio.

Sin embargo, 15 días después la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura de Santander declaró improcedente dicha la acción de tutela.

Tres meses después, el 16 de junio, en presencia del Defensor del Pueblo de Vichada, se acordó un acta en la que Vargas Becerra no asistiría al acto de juramento de bandera. Ese mismo día, salió de permiso y debía regresar al 30 de junio.

“Él salió de permiso el 16 de junio de 2013 y llegó a Barrancabermeja donde estaba la familia. Ahí fue cuando decidimos que no regresara, por lo que volvió a retomar sus estudios, pero igual seguimos en el proceso penal”, explicó la mamá del Jhonatan.


La captura


En razón a que Vargas Becerra no regresó al batallón, el 30 de abril de este año el Juzgado 63 de Instrucción Penal Militar expidió orden de captura en su contra por el delito de deserción.

Paralelo al proceso penal que la Justicia Militar inició por deserción, el Consejo Superior modificó el fallo del Consejo Seccional de la Judicatura de Santander, el cual en principio negó la tutela interpuesta por los familiares en la que se pedía hacer prevalecer su derecho de objetor de conciencia. Por tal razón, les solicitaron a los magistrados de la Corte Constitucional que la sentencia fuera seleccionada para revisión.

Sin un pronunciamiento judicial de fondo sobre el caso, la orden de captura contra Vargas Becerra seguía vigente.

“El 4 de septiembre de este año, la Policía estaba haciendo un puesto de control. Mi hijo salía de la universidad y le pidieron la cédula. Cómo le figuraba la orden de captura por deserción pues lo arrestaron y se lo llevaron para el Batallón Nueva Granada”, relató la mamá del joven.

Trece días después de su captura, la Corte Constitucional se pronunció y ordenó desincorporar a Vargas Becerra del Ejército, haciendo valer su derecho de objetor de conciencia.

“Finalmente se dieron cuenta y reconocieron los derechos constituciones por la libertad de cultos. Somos cristianos y asistimos a la Iglesia Cristiana Cuadrangular Central de Barrancabermeja, de allí las convicciones de mi hijo que le impiden usar armas. Ahora estamos a la espera de que le entreguen la libreta militar porque así lo ordenó la Corte en su fallo”, añadió la mamá de Jhonatan David.

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