Con
la captura de 21 delincuentes, integrantes del grupo paramilitar “Los
Rastrojos”, la Policía colombiana podría esclarecer al menos 15 homicidios, no
solo perpetrados en ese país, sino en la zona norte del estado Táchira.
Según se informó, los aprehendidos
serían sometidos a procesos judiciales por los delitos de concierto para
delinquir agravado y porte ilegal de armas de largo alcance y alto nivel
destructivo, delitos que según las autoridades del vecino país, cometieron a
nombre de Los Rastrojos, en Puerto Santander y en el corregimiento cucuteño de
Aguaclara, Colombia, así como en Boca de Grita y La Fría, en el lado
venezolano.
Los perfiles delincuenciales de
los 21 investigados, entre los que se encuentra un menor, podrían ser más
oscuros de lo que se pensaba, reveló este miércoles, en Cúcuta, el
general Rodolfo Palomino, director nacional de la Policía.
“Con estas capturas esperamos
poder esclarecer por lo menos 15 homicidios”, reiteró, aunque no profundizó
sobre fechas, sitios y circunstancias en las cuales lograron las capturas
de los delincuentes.
El oficial tampoco entregó detalles de pruebas que los vinculen a los
asesinatos, ni reveló las identidades de quienes, posiblemente, fueron sus
víctimas. Sin embargo, sostuvo que entre las víctimas habría personas que
sabían de rutas del narcotráfico y que representaban un peligro para el
negocio, y por ende para los miembros de la misma organización, que por
alguna razón fueron callados.
Los sospechosos no fueron
presentados ante un juez por el delito de extorsión. Pero la Policía tiene
indicios de que utilizaban mujeres que se ofrecían como empleadas, para
seleccionar a las personas económicamente viables para ser extorsionadas.
Los investigadores lograron
tener conocimiento de su existencia y de las ilegales labores que cumplían, a
través de versiones que les entregaron exintegrantes de Los Rastrojos, los
cuales se encuentran presos actualmente.
“Las autoridades ignoraban su
existencia básicamente, porque mantenían un bajo perfil en el grupo delincuencial”,
precisó uno de los investigadores.
Detectar sus nexos con la
organización era complicado debido a que residían en las zonas donde delinquían
y, ante cualquier amenaza de que los reconocieran, cruzaban la frontera hacia
Venezuela, añadió.
Dijo que una muestra fehaciente
de sus habilidades para despistar a las autoridades es que no “cayeron” con un
amplio arsenal. “La gente los identifica como Rastrojos y les temen. No
necesitan andar armados. Las armas las encaletan y las sacan solo cuando las
necesitan”, afirmaron fuentes judiciales”.
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