Jaraba Urrego fue
capturado el 6 de junio de 2013 junto a otro hombre y una mujer (quienes
enfrentan procesos por separado)en la carrera tercera del barrio Tamarindo de
Sardinata, tras un allanamiento ordenado por la Fiscalía.
En aquel entonces, el coronel
Eliécer Camacho Jiménez, comandante del departamento de Policía en Norte de
Santander, relacionó a los detenidos como integrantes de la banda delincuencial
de los Rastrojos, que estaría delinquiendo en esta zona del país.
Fuentes humanas aportaron
información sobre este grupo, que llevaba pocos meses de estadía en el
municipio, y que estarían intimidando a la población.
En el allanamiento,
adelantado por personal de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), los
uniformados encontraron una pistola marca Tauros y otra Pietro Beretta (ambas
calibre 9 milímetros), cada una con 9 cartuchos, sin documentos que acreditaran
su permiso para porte o tenencia.
“Estas personas vendrían
desde hace algún tiempo intimidando a los comerciantes y habitantes de
Sardinata, con el fin de obtener favores y extorsiones a nombre de la banda…
las armas serán sometidas a estudios balísticos para determinar su posible
participación en hechos delictivos, relacionados principalmente con el
homicidio”, señaló el coronel Camacho Jiménez.
Desde entonces, un juez
les dictó medida de aseguramiento en la cárcel de Cúcuta.
Preacuerdo
Ante el contundente
material probatorio con que contaba la Fiscalía, sumado a la captura en
flagrancia, Jaraba Urrego aceptó su responsabilidad y se acogió a sentencia
anticipada a cambio de recibir una rebaja en la pena.
Un juzgado especializado
de Cúcuta aceptó dicho preacuerdo y lo condenó por los delitos de tráfico,
fabricación, porte de armas y municiones de uso restringido de las Fuerza
Armadas o explosivos, porte ilegal de armas de uso personal y concierto para
delinquir agravado.
“Se determinó que los
Rastrojos es la banda a la cual pertenecía el procesado”, señaló la Fiscalía.
De esta manera Luis
Antonio, de 29 años, natural de Turbo (Antioquia), evitó ir a un juicio oral y
probatorio en el que de ser demostrada su responsabilidad podría enfrentar una
pena mayor, sin ningún beneficio.
De La Opinión para Periódico Sucesos
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