Francisco Rogelio Niño
Jaime, juez segundo de tierras de Norte de Santander; Edgar Cruces Medina, juez
civil municipal de Los Patios; Luisa María Carvajal López, oficial mayor del
juzgado civil municipal de Los Patios; Wolfang Ricardo Báez Sepúlveda, secretario
del juzgado civil municipal y los abogados litigantes Farid Zafra Arias y María Cristina Uribe
Vera, fueron capturados el lunes en Cúcuta en un operativo adelantado por la
Fiscalía General de la Nación en asocio con el Cuerpo Técnico de Investigación
(CTI).
Jesús Orlando Ospitia,
director de fiscalías nacionales, sostuvo que el operativo se realizó en el
marco de una investigación que lleva más de un año en curso y en la que se les
acusa a los capturados por los delitos de concierto para delinquir, prevaricato,
cohecho y concusión.
“Los hechos relacionados
en esta investigación corresponden a situaciones referidas en procesos
ejecutivos en los cuales se disponía de los remates de los bienes, de manera
arbitraria y contraria a la ley, resultando beneficiados postores que eran
escogidos con antelación”, señaló Ospitia.
El director de fiscalías
nacionales agregó que la investigación inició con base en informaciones
obtenidas de parte de una fuente no formal, que luego logró formalizarse a
través de una persona que ahora colabora con la justicia.
Según Ospitia, el modo de
operar de esta banda consistía en, una vez iniciado el proceso ejecutivo en
contra de un deudor, el juez civil libraba el correspondiente mandamiento de
pago y sobre la base de quedar saneado el crédito, disponía del remate de los
bienes embargados.
“Sin embargo, lo que la
investigación ha podido determinar es que, a pesar de que el deudor lograba
ponerse al día con su deuda, su bien era rematado. Peor aún, los que lograban
hacerse a este bien rematado, eran postores previamente concertados, sobre la
base de que ya habían consignado el 70% del valor del inmueble a rematar. El
30% restante que se pagaba sobre el inmueble rematado, era lo que se repartían
entre todos”, señaló.
Ospitia aclaró que, si
bien no se ha podido establecer a cuánto asciende el monto de lo que los seis
capturados se habrían repartido, sí se sabe que participaron en al menos 6
casos de este tipo.
“No tenemos los cálculos
económicos en este momento de los bienes que habrían sido rematados de esta
manera, porque eran bienes que estaban embargados y grabados en procesos
ejecutivos, es decir, que respaldaban créditos”, enfatizó.
Ospitia también agregó que
no es la primera situación de este tipo que se tiene en el país.
“Esto mismo lo hemos visto
en Barranquilla, Córdoba y Popayán. De hecho, en el último año se han capturado
15 jueces y 16 fiscales, así como más de 100 personas entre abogados,
funcionarios de la justicia y particulares, que desarrollaban actividades
contra la administración de justicia”, precisó.
Al cierre de esta edición,
avanzaba en Bogotá la diligencia de imputación, legalización de la captura y
petición por parte de la Fiscalía de medida de aseguramiento, contra 5 de los
detenidos. La abogada María Cristina Uribe, por estar embarazada, fue dejada en
Cúcuta.
Extraoficialmente, La
Opinión conoció que estas capturas son la continuación de la investigación que
la Fiscalía ha venido adelantando contra una banda que se dedicaba a estafar
incautos en Cúcuta con bienes en remate, y que era liderada por tres hermanos,
conocida como la ‘Banda de Maura’.
‘Banda de Maura’ aceptó
cargos
Maura Yolanda Jaimes Arias
y sus hermanos Edgar Edmundo y Américo Yesid, aceptaron haber estafado a varias
personas que, bajo engaños, pagaron por viviendas producto de falsos remates o
embargos. La Fiscalía estimó en $3.020 millones el valor total de los perjuicios
patrimoniales.
Según se conoció, en el
caso de Maura, la banda operó entre 2013 y marzo de 2015 (fecha en que fueron
detenidos) bajo la empresa Cobra Segura. La mujer se hacía pasar como abogada y
con sus hermanos y cómplices decían tener influencias con jueces y secretarios
de despachos, donde supuestamente tramitaban los remates de los inmuebles.
Mostraban las casas y apartamentos y advertían a los compradores que no podrían
ingresar, solo mirarlos por fuera.
Investigadores recopilaron
información que revela que los estafadores, entre los que se encuentran algunos
abogados, vendían casas en remate ubicadas en diferentes barrios de Cúcuta, Los
Patios y Chinácota, las cuales tenían precios que iban desde los $40 millones
hasta los $480 millones.
Los estafadores afirmaban
que el dinero debía ser consignado en una cuenta bancaria de una sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario