El fuerte temporal que ha
azotado esta semana el centro y norte de China deja ya más de dos centenares de
muertos y desaparecidos, mientras cientos de miles de personas siguen atrapadas
por las inundaciones, por lo que se teme que el número de víctimas siga
aumentando.
Se trata de la peor época
de lluvias que se vive en algunas zonas del país desde finales de los años
noventa y ha pillado desprevenidos a algunos gobiernos locales, que han salido
a disculparse ante la ciudadanía por la falta de prevención y de transparencia.
El Ministerio de Asuntos
Civiles de China estima que 14 millones de personas se han visto afectadas en
el centro y norte del país y unas 500.000 han tenido que ser evacuadas.
La zona más afectada ha
sido la provincia norteña de Hebei, que rodea a Pekín, donde los últimos datos
sitúan la cifra de muertos en 114 y la de desaparecidos en 111, entre ellos
niños.
A ello se suman los 18
fallecidos y nueve desaparecidos en la provincia central de Henan, también
afectada esta semana por el temporal.
Como es habitual en este
tipo de desastres en China, las cifras publicadas por el Gobierno han sido
confusas y han aumentado rápidamente este fin de semana, días después de
producirse las precipitaciones de mayor intensidad.
En la ciudad de Xingtai,
de 500.000 habitantes y a unos 400 kilómetros al sur de Pekín, la población no
comenzó a tener información sobre las inundaciones hasta el pasado viernes, lo
que ha enfurecido a la ciudadanía.
Allí se produjo un
enfrentamiento entre ciudadanos y fuerzas de seguridad desplazadas al lugar,
cuando los manifestantes cortaron una avenida principal como protesta ante la
tardía alerta activada por las autoridades.
"Escuché a la gente
gritando 'inundaciones' a alrededor de las dos de la mañana. Desperté corriendo
a mi mujer y a mis hijos y salí por la puerta. Enseguida el agua me llegaba por
la cintura", relató al diario 'China Daily' un residente de Daxian, uno de
los pueblos pertenecientes a Xingtai que se ha visto más perjudicado.
El pánico se apoderó de
este vecino y de su mujer, que consiguieron ponerse a salvo subiéndose a un
árbol; no obstante, sus hijos no escaparon a la corriente a tiempo y
fallecieron ahogados.
Los medios de comunicación
chinos hacen eco de otras escenas dramáticas en la provincia de Hubei, como la
de una mujer de 72 años que pasó seis horas atada a un árbol utilizando como
cuerda los pantalones de su marido, que fue arrastrado por la corriente después
de asegurarse de que su esposa no corría la misma suerte.
En esta provincia, en el
centro de China, alrededor de 250.000 personas se encuentran atrapadas por las
inundaciones y un equipo formado por 500 militares y otros mil efectivos, así
como 62 lanchas motoras, ha sido desplazado al lugar para ayudar en las tareas
de rescate.
El alcalde de Xingtai
pidió perdón anoche a la ciudadanía por su "inadecuada respuesta" al
temporal y destacó que las lluvias que han azotado la zona han sido "las
peores" en décadas.
Cuatro funcionarios del
Gobierno provincial de Hebei han sido suspendidos por el momento y están siendo
investigados, mientras las críticas continúan, incluso desde medios controlados
por el régimen.
El oficialista 'Global
Times' sostenía en un editorial que el desastre vivido en el norte de China es
"una combinación de una catástrofe natural y un error humano", y
reprochó a las autoridades su actitud, reacias a dar malas noticias. El medio
recuerda lo ocurrido en Pekín hace cuatro años, cuando las lluvias causaron
decenas de muertos y el Gobierno local tardó en ofrecer datos reales, lo que
alimentó la desconfianza de los capitalinos. Además, avisa frente a lo que
queda por venir, pues la temporada de lluvias aún está lejos de terminar.
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