"Y así quedarán los
que sigan así. Fuera ratas, viciosos y sapos. Muerte”, se lee en la hoja de
papel que fue dejada el sábado en la madrugada junto al cadáver de la cucuteña
Yurley Calderón Omaña, de 20 años.
Su cuerpo fue hallado el
sábado en zona rural del municipio de Tibú, entre los corregimientos de Campo 2
y 3, a media hora del lugar donde fue también abandonado el cadáver de un
hombre.
Los familiares de la
mujer, residentes en el barrio 12 de Octubre del municipio de Los Patios,
recibieron en la mañana la llamada de un pariente para enterarlos de lo
ocurrido.
Yurley recibió al menos 10
disparos que acabaron con su vida de manera inmediata quedando tendida en medio
de una vía destapada y encharcada por la lluvia.
El padrastro de la joven
dijo a La Opinión que desde hace un año ella trabajaba en una casa de familia
en Campo Dos y recientemente había estado en Cúcuta.
“Yurley fue a visitar a su
abuela en Tame (Arauca) y en la casa estuvo como tres días. El pasado miércoles
se fue para Tibú y se llevó a su hija, de 4 años”, señaló el padrastro.
Una hermana de la joven
agregó que la noche del viernes estuvo hablando por WhatsApp con Yurley hasta
las 11:00 de la noche y le pidió, preocupada, que mejor trajera a la niña para
Los Patios, pues estaría mejor bajo el cuidado de su abuela y tíos.
“Ella aceptó y me prometió
que si Dios quería el lunes traería de vuelta a la niña. No hablamos más y
tampoco me dijo nada extraño”, señaló la hermana.
La muerte
Según les informó la
señora donde trabajaba Yurley, hacia la 1:00 de la mañana ella se alistó y
salió de la casa con su cartera colgada al brazo.
“Creemos que a esa hora la
sacaron para matarla. El bolso, donde llevaba sus documentos personales, no
apareció”, indicó el padrastro.
Hasta el sábado los
parientes esperaban la llegada de la pequeña hija de la víctima, quien esa
noche dormía en la casa de una familiar, así como el cadáver de la mujer para
darle cristiana sepultura.
Yurley no había terminado
el bachillerato. No tenía relación con el padre de su hija y sus familiares
desconocían de alguna pareja actual.
NN
De otra parte, en la
vereda La Libertad fue encontrado el cuerpo del hombre, de 30 a 35 años,
aproximadamente, que presentaba un impacto por arma de fuego.
Como en el caso de la
mujer, el hombre carecía de documentos personales y hasta la noche del sábado
permanecía sin identificar, a la espera de familiares que puedan
reconocerlo.
El coronel Jhon Jairo
Aroca, comandante de la Policía en Norte de Santander, señaló que avanzaban en
las investigaciones de ambos casos y por ahora no descartan que los hechos
puedan estar relacionados.
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