jueves, 8 de octubre de 2015

Alcalde Carlos Julio Socha defiende a los pimpineros del municipio

El alcalde de Villa del Rosario Carlos Julio Socha Hernandez afirmó que es muy complicado acabar con esta situación dado que es una actividad que existe desde hace décadas.

Para él burgomaestre solo hay una opción, al menos por ahora: dejarlos trabajar mientras se consolida la reconversión laboral.

Por eso, en una reunión que se efectuó ayer con los pimpineros de la zona, se concluyó que hay dos alternativas para pasar de la ilegalidad a la formalidad.

La primera, que se aprovechen los 1.500 millones de pesos que, según dijo, actualmente se recaudan por la venta de combustible en el área metropolitana y que se destinen en la construcción de estaciones de servicio.

Sin embargo, también propone que se les preste de esta suma 15 millones de pesos para iniciar una microempresa o un negocio.

La segunda, si lo anterior no se da, destinar subsidios de 500 mil pesos para que subsistan pero que simultáneamente se garanticen capacitaciones con el Sena.

Si algo de esto no se viabiliza, Socha advierte que la situación será incontrolable por la orden de retirarlos del espacio público sin solucionar su situación económica.

“Si siguen levantándolos los pimpineros se van a sublevar porque la gente no va a dejar de vender gasolina sin la reconversión laboral”, dijo. “Si la policía sigue molestando y tomando estas medidas drásticas vamos a tener delincuentes porque la gente no va a dejar morir a sus hijos de hambre, la gente delinque por falta de oportunidades y trabajo. La Policía debe dejarlos trabajar”.

Si bien el alcalde dice que la ley anticontrabando debe aplicarse, insiste en que esta se debe flexibilizar en la región, “como se hacía en la época del presidente Uribe”.

De otro lado, pidió al Sena ampliar su oferta de cupos pues con la cantidad de vendedores de gasolina será imposible cumplir con oportunidades de emprendimiento, y paralelamente insistió a los pimpineros para que aprovechen las oportunidades de estudio y formación que está dejando el cierre de la frontera.

Por su parte, los pimpineros dijeron estar dispuestos a cambiar de actividad, siempre y cuando la cooperativa que los asocia, Coomulpinort, presente proyectos a Ecopetrol para lograr la reconversión.

“Sabemos de un Fondo de reconversión que maneja Ecopetrol con 56 pesos que se le cobra a cada usuario”, dijo Luis Torres, pimpinero de La Parada. “Pero si estos recursos no se destinan a proyectos, no se libra la zona”.


El hombre aseguró que sí hay voluntad de salir de las calles, pero que se necesitan garantías;  de lo contrario, el negocio continuará.

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